martes, 11 de agosto de 2009

¿QUÉ COSA NOS LLAMAMOS?
(16-5-1999)
JUAN GARODRI


Civilizados. Nos llamamos civilizados. Nos autollamamos civilizados. Nos pregonamos civilizados. La boca se nos llena (de aire) cuando lanzamos al viento la proclama de que somos civilizados. ¿Somos o estamos? ¿Somos civilizados o estamos civilizados? Esa es la pregunta (that’s the question) que me hago, como un Hamlet apesadumbradamente finimilenario, con cientos de miles de calaveras entre los dedos pegajosos de dubitación y perplejidad.
O sea. Si de pronto te da un ataque de pureza lingüística y vas y te agarras a la Gramática de la Lengua Española, de Emilio Alarcos, comprenderás las no pequeñas diferencias que existen entre ser y estar. Porque resulta que el significado del verbo ser es esencial, algo así como una significación incrustada en la cualidad del nombre de tal forma que no puede quitársela de encima ni con ayuda del láser. Vamos, que es su propio pellejo, como si dijéramos. En cambio, el significado del verbo estar es accidental, y unas veces puede venir a cuento su significación y otras no.
En este sentido, si uno es tonto quiere decir que la tontuna la lleva encima de por vida; por contra, si oyes decir que menganito está tonto quiere decir que la tontuna es una especie de gabardina que unas veces se pone y otras se quita.
O sea. ¿Somos civilizados o estamos civilizados? Si el concepto de civilización, y sus consecuencias, configura nuestro pellejo y desarrolla actitudes de respeto a las personas, a las creencias, a la cultura y a las ideas y dicho concepto de civilización nos impulsa a actuar en consecuencia, no hay duda: somos civilizados. Pero, de pronto, va la cosa de la civilización y se esfuma, y el ser humano se convierte en un tanque o en un F-18 o en un misil nuclear o en un genocida o en un vigilante de la playa mundial o en un gendarme del orden terráqueo, y resulta que sólo estamos civilizados (la tecnología y todo eso), porque lo que se dice ser civilizados ya no lo somos.
O sea. ¿A quién pretende engañar esta civilización de quita y pon? Sería terrible que la guerra de los Balcanes se hubiera desencadenado solamente para demostrar que estamos civilizados, es decir, a) que se dispone de armamento sofisticadamente ultramoderno, b) armamento que hay que gastar necesariamente porque no pueden detenerse las cadenas de producción de las fábricas de armas, c) armamento cuya efectividad hay que comprobar utilizándolo contra conejos humanos, d) armamento que cuesta muchísimo dinero o dólares o euros o lo que sea, e) dinero que los multipoderosos de la trastienda internacional prestan a los Gobiernos para que, a su vez, puedan comprar armamento, f) armamento que se utiliza para hundir en el terror y en la miseria a miles de personas como tú y como yo, amigo, g) armamento cuyo pretexto de utilización es impedir el genocidio llevado a cabo por Milósevic, h) armamento que, después de utilizado, vale para poco porque el genocidio, dicen, no se ha detenido, i) destrucción, ruina, enfermedades, llanto y desolación provocadas por el armamento, j) desconcierto del armamento al ser utilizado por imbéciles, k) imbéciles que destruyen puentes, autobuses, edificios y vidas de ciudadanos inocentes, l) imbéciles que afirman que estas destrucciones son no deseadas y sólo producen «efectos colaterales», ll) imbéciles que proclaman la rectitud de sus intenciones porque sólo han cometido ocho errores, hasta ahora, m) como si el ataque a la embajada china en Belgrado fuese un tropezón de nada, n) como si el misil contra el hospital de Nis fuese un estornudo, ñ) como si los muertos civiles de tantos errores fuesen pollos extenuados de una granja avícola, o) errores totalmente involuntarios debidos a fallos del sistema, p) como si el sistema no estuviera manipulado por hombres, q) por hombres tontos o ineptos o imbéciles -o malvados-, r) no tan imbéciles como para desconocer que esta guerra supondrá un considerable retraso en el afianzamiento de Europa, s) no tan imbéciles como para desconocer que Serbia era el único aliado que le quedaba a Rusia, t) no tan imbéciles como para desconocer que el euro podría superar al dólar, u) no tan imbéciles como para desconocer que la OTAN no es más que un conjunto de monaguillos dispuestos a beberse a escondillas el vino de su negra liturgia belicista, v) y ahora uno de ellos, Jamie Shea sale con que Milósevic no es objetivo militar y que la OTAN es flexible en cuanto a la fuerza internacional, x) y otro de ellos, el tal Clinton, dice que «no buscamos la derrota de Serbia», y) y van y proclaman a los cuatro vientos que habrá que gastarse más de dos billones en la reconstrucción de lo destruido, z) y, hala, los reconstructores que prestan el dinero para las reconstrucciones a forrarse todavía más. ¡Puaff!
O sea. Que estamos civilizados. Y digo yo, amigo, que por qué no citar a Juan Bonilla que el otro día (en un buen artículo, como casi todo lo suyo,) citaba a su vez al de la película de Tarentino para concluir con una pregunta estremecedora: ¿Hasta cuando vamos a estar chupándonos la polla?
(Antes de estar tan civilizados solía decirse ‘chuparse el dedo’).

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