sábado, 31 de julio de 2010

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viernes, 2 de julio de 2010

CONDUCE COMO PUEDAS
JUAN GARODRI
(4-7-2009)

La semana pasada hablaba de la carretera Ex-109. Plasencia-Coria-Moraleja (una de las cuatro vías con más tránsito automovilístico de Extremadura, según dicen)-Perales del Puerto-límite con la provincia de Salamanca. Vuelvo a lo mismo. Mis alucinaciones circulatorias.
Esto de conducir se ha convertido en un ejercicio arriesgado que no lo era antes. Obviedad. Lo recuerdo porque las cosas obvias se olvidan fácilmente. Pero si circulas al empezar la noche por la citada carretera autonómica, tus ojos se convierten en un par de cojones de mico. Lanzas al cielo los gritos de la eyaculación imprecatoria y te ciscas en el tipo o tipa que te viene de frente, se te echa literalmente encima con un solo ojo, cíclope motorizado y mitológicamente malformado porque el ojo no lo tiene en la frente sino en uno de los laterales. No sabe bien usted, puede creerme, la exagerada cantidad de coches tuertos que circulan de noche, los muy ciclopeones. Otros hijos de ruta te escupen la luz larga, y la mantienen, a pesar del tímido y fugaz aviso lumínoso con que tú los adviertes. Y no digamos nada de los desaprensivos (uso palabra suave) que, con las luces altas y ostentosas, depredan asfalto y desafían el castañazo al que casi obligan al que les viene de frente.
Pero ¿y las flamantes máquinas de altivos potentados, tecnología punta y al menos doscientos y pico de caballos, esos nuevos ricos de los coches de más treinta mil euros, repletos de seguridad activa y pasiva? Estos tipos chulescos te rajan las pupilas con sus potentes faros bi-xenón, orlados de diodos lumínicos que les permiten ver perfectamente la calzada a lo lejos, pero a ti te destrozan los pocos bastoncitos que alimentan la pigmentación visual de tu retina, y te caducan la visión nocturna. ¡Plaf! Ciego durante varios, interminables segundos, suficientes para darte la moña. Y que avisen al 112.
Así que habrá que soportar el sublimado corrosivo de quienes piensan que la calzada es suya y, si van detrás de ti, te persiguen con ráfagas luminosas porque hay que ser huevazos para circular a 100 kilómetros por hora solamente.
Sentado en un angelismo tal vez improcedente, pregunto: Durante la noche ¿dónde se hallan apostados los de Tráfico, tan prestos a la multa cuando la luz diurna nos hace tan visibles?
VACACIONES
JUAN GARODRI
(30-6-2010)


Las vacaciones son al verano lo que las playas son a la irrealidad. Cada cual sale de estampida como puede, mayormente los de la docencia. Se dirigen al ensueño. El gentío no digiere que profesores y maestros se larguen con viento fresco en busca del tiempo perdido. Para ellos las vacaciones suponen una recuperación de la autoestima, malgastada en los esfuerzos de las clases, la lucha diaria para enseñar a quienes no se dejan enseñar (o para educar a quienes no se dejan educar, porque volvemos a la murga dialéctica de ‘enseñanza’ frente a ‘educación’, dicotomía no equilibrada en la práctica de las aulas, por mucho que se esfuercen los capitostes educativos en propugnar la igualdad, la convivencia, la No violencia, la cooperación, la interactuación y demás objetivos que los actuales modelos educativos propugnan en colegios e institutos, sin advertir que una cosa es la educación y otra la enseñanza), creo que me he perdido, tú, decía que hay alumnos que no se dejan enseñar y contra estos agota sus energías el profesorado, razón por la cual se zambulle en las vacaciones con la benéfica alegría de la liberación.
Las vacaciones, sin embargo, suponen un castañazo frontal para las familias con hijos en edad escolar. De pronto, casi sin previo aviso, les caen en casa unos seres, sus hijos, a los que no acostumbran a ver durante la mañana y buena parte de la tarde (actividades extraescolares) por lo que su presencia perturba la serenidad doméstica. Una tragedia. Hay que atender actividades desacostumbradas y se hace añicos el ritmo pendular del oficio casero y el vistazo al reality televisivo mañanero. Peor lo tienen las familias en las que trabajan fuera de casa padre y madre. El recurso a los abuelos es una solución precaria. Tienen que procurarse guarderías o academias de idiomas, por ejemplo, para recogerlos.
Algunos lo aceptan. La mayoría se afianza en el resentimiento y los sapos y culebras de sus imprecaciones se estrellan en la frente del profesorado. Esos mangantes. Tantas vacaciones. Y los sueldazos que perciben. No admiten que las vacaciones son de los alumnos, no del profesorado, y si estos no acuden a los centros de trabajo es porque no hay alumnos.
Se habla de «conciliación», ese mecanismo de resolución de conflictos para que las familias y el sistema educativo gestionen la solución de sus diferencias. Difícil se ve la cosa.
EL VERANO
JUAN GARODRI
(23-6-2010)

Ayer empezó el verano. Ha llegado con la timidez de quien entra a escondidas en una casa que no es suya. Porque nos ha venido fresco, con la calidez agradable de una primavera traspasada. Dicen sin embargo lo meteorólogos que nos espera un verano cálido, con temperaturas superiores a las del año pasado.
El calor consiste en la velocidad de las moléculas. Cuando calentamos algo ocurre eso. O nos ocurre cuando nos calentamos nosotros. Todo calentamiento es fugaz y transitorio. Por eso el verano trae consigo la fugacidad de los deseos y el personal se enamora de las muchachas plebeyas. (Digo lo de ‘plebeyas’, que suena bien, influido sin duda por la plebeyez de Daniel Westling. Ahora está de moda. Como quiera que sea, las muchachas plebeyas poseen una belleza rotunda y enternecedora que tal vez quisiera para ella alguna de alta cuna).
El verano pues es un descubrimiento de la belleza de los cuerpos, escondidos durante el invierno entre las estanterías de Zara y el Corte Inglés. En verano se enamoró el decenviro Apio Claudio de Virginia, hija de un plebeyo, amor que le costó el destierro. En verano se enamoran los veraneantes de las chicas que embelesan las playas, aunque la fugacidad de su amor, no por ello menos intenso, impide la manifestación del atractivo.
El verano concede libertad de ojeada. Los tercerasedades se sientan en los bancos de las avenidas para matar la tarde, o en la plaza de la Constitución, debajo del olor azul de las glicinias. En realidad matan el calor de los muslos que atraviesan sus nostalgias. La nostalgia de un tiempo que se fue con la fugacidad de los veranos. Se contentan ahora con ver el paso de las tórtolas, tan lejos de su recalentado nido, tan atractivas y veloces, tan vestidas de física y química, tan turgentes y onduladas, acera arriba acera abajo.
El verano desarbola el (falso) pudor de los cuerpos y destapa los epitelios, asombrados del poder de la luminiscencia. Las piscinas los muestran esplendorosos y altos, apenas protegidos por la inútil defensa del biquini. Las playas hormiguean de epitelios y, curiosamente, nadie advierte la perversa sinuosidad de las miradas porque el verano es el abrazo cósmico de la tierra y los cuerpos. El verano. La velocidad de las moléculas. El calor provoca el deseo del acercamiento sutil e imaginario. La canción del verano.

sábado, 19 de junio de 2010

IRRITACIÓN
JUAN GARODRI
(16-6-2010)


Pasea uno la acera, entra en el bar, se sienta en el parque, consume en Mercadona, en fin, realiza esas tareas diarias de ciudadano probo que son casi de obligado cumplimiento. Y en todas partes igual. M´as de lo mismo. El personal anda irritado. Cabreado. Harto. Una grave sensación de inestabilidad social aletea sobre las cabezas. Alguien, de no se sabe donde, le toma el pelo desconsideradamente. Alguien olvida que el gentío es la fuente de los votos. Una fuente, ay, de la que se bebe el día de las elecciones pero que se tapona inmediatamente después. Así que ya te digo, el personal anda harto de que quiera darle gato por libre, lo que equivale, en el fondo a una burla. Tal vez provocada por las circunstancias. Pero burla, aunque sea involuntaria. Por algo algunas encuestas confirman la sensación desconfiada de la ciudadanía para quien el Gobierno se ha constituido en verdadero problema por detrás del paro y de la crisis.
Ligero matiz burlesco se aprecia en el hecho de que la pasada huelga general fue seguida por el 75 % de los afectados, según los sindicatos de clase, y por el 11% según las fuentes del Gobierno. Inadmisible. Un desviación de 10 puntos puede admitirse pero una desproporcionada desviación de 60 puntos no. Y no contentos con ello, aseguran que para después del verano habría una huelga general ‘con todas sus consecuencias’. Y van y se lo creen. Lo de las consecuencias.
Mas. Mieditis gubernamental. La reforma laboral, mas cacareada que el canto de una gallina loca, ya no se impondrá por Decreto Ley sino que se revisaría como Proyecto de Ley después del verano. Risas y carcajeo en el patio de butacas.
Mas. La irritación adquiere burbujeo de cocción a 90 grados cuando el personal se entera de que los partidos ingresaron casi 200 millones de ayudas públicas. O sea, que con mi dinero subvencionan los partidos. ¿Qué, si no? Dice el partidista. Respuesta: Que deberían mantenerse con las cuotas de sus afiliados. Retruca el otro: Entonces desaparecerían. Pues que desaparezcan, afirma el disconforme. Así no se puede ir a ninguna parte, dice el partidista, eres un ácrata.
M´as. Sobredimensión de la Roja. Densidad de niebla futbolera para ocultar los preocupantes problemas que rodean al ciudadano. Y luego hablan de Franco con lo de los juegos sindicales, dice el listo.
ELECCIONES
JUAN GARODRI
(9-6-2010)

Nadie sabe a quién se refería Felipe González cuando, hace unos días, dijo eso de que «rectificar es de sabios pero es de necios rectificar a diario». Nadie lo sabe. Todo el gentío se lo imagina. Porque la caña que está recibiendo el presidente del Gobierno apunta a que es a él y no a otro a quien se refería González.
A pesar de la duda. Elecciones anticipadas. El beneficio de la duda puede ponerse de parte de Zapatero o de Rajoy. Rajoy no se beneficiaría de unas elecciones anticipadas. En las actuales circunstancias, más turbias que claras, Rajoy tiene la posibilidad de salir elegido presidente del Gobierno. Dicen las encuestas que el PP vencería ahora al PSOE por mayoría absoluta. El voto de castigo a Zapatero se cumpliría pues razonablemente. Pero ¿beneficiaría esa mayoría a Rajoy? No. Si el PP llegara a ganar ahora unas elecciones anticipadas, se vería con el agua al cuello. Las carencias políticas y económicas de las que adolece el actual gobierno se volverían hierros candentes que achicharrarían el trasero de Rajoy al día siguiente de sentarse en el sillón presidencial. Zapatero tampoco se beneficiaría de unas elecciones anticipadas (por eso no las convoca). Sería tanto como dar crédito a las constantes descalificaciones que le vienen de todas partes. Aceptar el fracaso de sus decretos para superar la crisis. Reconocer como equivocación la medida de la congelación salarial a los jubilados. Admitir el error que supone la rebaja del sueldo a los funcionarios. Dar la razón a quienes lo instalan en la duda constante, en ese donde dije Diego digo dije permanente, en esa labilidad de las decisiones adoptadas que se truecan en indecisiones sociales o económicas.
El personal se debate entre el hecho de liarse la manta a la cabeza y hacer caso a las imprecaciones de Rajoy (otro que tal baila, dice el gentío) o seguir sin demasiada confianza las promesas de cambio y soluciones que dicta el Gobierno. «Conocemos la verdad no solo con la razón sino también con el corazón», dice Pascal. Tal vez Zapatero aspire a que el ciudadano lo acepte sentimentalmente, esa pesadumbre que suscita el maltratado por la multitud que apenas puede defenderse (el maltratado). El corazón tiene sus razones que la razón no conoce. Esas cosas. Y los sindicatos de clase tocando la gaita de la huelga general.

viernes, 4 de junio de 2010

VIVÍS DE MI DINERO
JUAN GARODRI
(2-6-2010)

Aletea por los aires de Internet un artículo, firmado por un tal Oscar Molina , que no sé si calificar de libelo porque es un escrito en el que se denigra a quienes nos gobiernan, o de elogio de los gobernados porque en él se manifiesta que son éstos, y no aquéllos, los dueños de los dineros públicos. ¿Qué pensar? ¿Es realmente el gentío el dueño de la pasta?
Cuatro son los objetivos que se intentan derribar en esta batalla de la descalificación: Los miembros del Gobierno Central, los gobernantes de las diecisiete autonomías, los sindicatos de clase y el mundillo en general del arte y de la cultura.
Dejando aparte la resentida exageración del artículo, sí parece apropiado deducir que, efectivamente, los cráneos privilegiados que dirigen nuestros destinos (los gobiernos), o los de quienes nos defienden (los sindicatos), o los de quienes pretenden que nos creamos la cultura, son cráneos arrimados a un cuerpo que consume ingentes cantidades de dinero que, en realidad, es nuestro, es decir de los gobernados, porque los erarios públicos se nutren de nuestros impuestos. Así que me entristezco muchísimo y mi ánimo se torna enlutado y sobrecogido cuando observo que los enjambres que confeccionan la melaza del Gobierno Central y de las Autonomías, los de las Diputaciones y Ayuntamientos liban sin cesar en la flor de nuestros impuestos, y nos dejan resecos y sin alimentación propia. Exhaustos.
Pero también ocurre lo contrario, es decir, mi ánimo exulta lleno de alegría y, quieren creerme, hasta doy saltos de puro contento, cuando admiro las aceras de todos los pueblos de España, y sus paseos y farolas, y las residencias de la tercera edad, y las casas de cultura, y los pabellones deportivos, y las piscinas municipales, porque pienso que son míos: han sido construidos con mi dinero. Me siento, qué quieren que les diga, como un nuevo rico bien trajeado de posesiones. Y hasta los aviones y los tanques del Día de las fuerzas Armadas dispararon mis alegrías porque, al contemplar aquellas maravillas de la tecnología bélica, pensaba que eran mías porque habían sido adquiridas con mi dinero. No hay pues que cabrearse porque el personal de las instituciones viva de mi dinero. Hay que refocilarse porque todo es mío. Hasta la Roja es producto de mi dinero. (Jo, y yo sin enterarme.)
ICONOLOGÍA CUTRE
JUAN GARODRI
(26-5-2010)

Dejando a un lado el debate que pretende diferenciar la iconología de la iconografía, me inclino por la iconología, aunque no sea más que por acercarme a Cesare Ripa, aquel autor de una «Iconología» que representa las virtudes y los vicios que aparecían en Roma a finales del siglo XVI personificados por una figura femenina, más bien alegórica, como alegorías del arte, de la belleza, de la poesía, y hasta una alegoría del furor poético. Era una iconología de belleza no solo descriptiva sino también conceptual, porque enaltecía la idea de belleza, arte, poesía, y estimulaba las emociones-sensaciones estéticas de los lectores provocadas por tales ideas.
La iconología actual carece de belleza. Se distribuye en unos arquetipos (no me atrevo a llamarlos alegorías) que estimulan la ordinariez más rechazable. Tal vez el gentío necesite iconos para verse representado en ellos. Pero a no serle posible alcanzarlos por su propia mano, se aferra desesperadamente a los que le proporcionan los recursos mediáticos. Los programas basura televisivos, esos ‘reality’ deleznables en los que se debate a grito pelado con quién se acostó la culifina de turno, y cuántas veces, por muy de alta cuna o de baja cama que sea, constituyen páginas de una iconología cutre y deplorable. Cierto que baten marcas de audiencia. Pero no por eso se despegan de los barrizales. Los iconos devorados por el personal, dentro de su inconsistencia, representan la íntima inconsistencia del gentío, su vacío vital y desesperado. En un símbolo como Belén Esteban (con perdón) ve reproducidas sus ansias de ascensión a lo más alto. Alguien de abajo también puede llegar arriba. Alguien que cobra mil euros mensuales, o menos, puede llegar a cobrar treinta y cuatro mil. La ‘operación Campanario’, aviva la compasión y la venganza. Pobrecilla, dicen unos, va a ir la cárcel. Que le den, dicen otros, por haberse apropiado de Jesulín sin ser suyo. El vacío existencial del gentío se ve colmado pues por el oleaje de la iconología cutre.
La prensa rosa despliega los anhelos de cientos de lectoras (y lectores), desprovistas de defensas interiores. Tragan sin toser los (des)amores, cameos, y sobeos de famosillos y famosuchos. Con los emparejamientos y separaciones se disfruta más que un cerdo en un charco (el cerdo desconoce la fetidez de su acción). Los yates y las mansiones suntuosas constituyen el icono deseable. Iconología cutre.

jueves, 20 de mayo de 2010

PEDAGOGÍA
JUAN GARODRI
(19-5-2010)


Los pedagogos se las ingenian para relacionar la educación, la cultura y los procesos para conseguirlas. Alejados de aquellos esclavos griegos que llevaban y traían los niños al colegio, llamados pedagogos. Era su trabajo.
Que nos han salido pedagogos, tú. En este sentido laboral de los griegos. Llevan y traen a los ciudadanos por la senda de la opinión, barriendo para casa, naturalmente. Además de salvaguardar el orden y defendernos de ETA —Alfredo Pérez Rubalcaba— y además de hacernos las autovías y encarrilarnos el AVE —José Blanco López— ambos ministros ejercen de pedagogos estos días. Hay que convencer al personal de que el recorte salarial de los funcionarios es una necesidad cuasi heroica para salvar al país. Y así, en Tele 5 el primero y en la SER el segundo, han desplegado la túnica de la persuasión para informar, orientar y manifestar que la patria está en peligro. Cual alcaldes de Móstoles antifranceses, los susodichos ministros también pretenden la salvación. En lugar de horcas y cuchillos, utilizan las tablas de la rebaja salarial. «Los funcionarios perderán entre 36 y 220 euros al mes por el recorte», dice la prensa diaria. Y los funcionarios preguntándose por qué tienen que ser ellos los salvadores de España. Oigo, patria, tu aflicción. Y los ripiosos versos de Bernardo López García, vuelven a desmenuzarse como granos de maíz por las covachuelas oficiales de toda España.
Los ministros pedagogos nos convencen por la vía de la opinión, que es la vía de los sentimientos. Porque la opinión no se alimenta del conocimiento sino de las sensaciones, al menos eso dijo Parménides. Por eso su discurso les suena a los funcionarios como el tintinear de la esquila de la apariencia, la obligatoriedad del discurseo inherente al cargo. El ministro Blanco pone el énfasis pedagógico en la equidad. No se va a descontar por igual el sueldo a todos los funcionarios, qué disparate. Se descontará más al que más gana, faltaría más. El problema, sin embargo, no reside en este aspecto equitativo de la distribución porcentual. El problema de la queja funcionarial se asienta en la rebaja en sí, no en que sea mayor o menor según el nivel al que se pertenezca. Y vuelven a repetir la pregunta: ¿Por qué hay que cargar en las espaldas funcionariales el peso de la crisis económica?
La pedagogía ministerial ha servido para poco.
El POLICÍO DEL ESQUINO
JUAN GARODRI
(12-5-2010)

Hace unos días, en la sección de Cartas al Director de este periódico, una lectora manifestaba su descontento por la utilización equivocada que se hace del género. Tenía razón, a mi modo de ver. Las palabras de género masculino están sufriendo una transformación morfológica para ser utilizadas por el hablante con el género femenino, siendo así que es patente la inutilidad léxica de este procedimiento. Desde el famoso ‘miembra’ de la ministra, se proyectan hacia el femenino palabras de género masculino que, al englobar en el uso ambos géneros, no necesitan de tal proyección. Achacan el desmadre lingüístico a los políticos, y a las políticas, tendré que añadir. En su encomiable afán de igualar (por abajo) a todo cristo, empiezan a sacudir en los mítines los soniquetes de compañeras y compañeros (¿por qué no colegas y colegos?), todo tan políticamente correcto. Olvidan que la corrección política frecuentemente es incorrección lingüística y que la norma política no tiene por que sobreponerse a la normativa lingüística.
Muchos políticos y muchas políticas, que entienden poco de morfología y sintaxis, vale, algunos políticos y algunas políticas, vale, pocos políticos y pocas políticas, confunden la velocidad con el tocino y consideran sexista la utilización del masculino para englobar al femenino. Así pues, hay que separar ambos géneros porque la mujer no puede considerarse menos que el hombre en la utilización de la terminología lingüística. De lo contrario, habría que organizar un batiburrillo repetitivo e insalubre, dañoso a la salud del idioma. Ignoran que el léxico se refiere exclusivamente a las palabras, no a las personas, y que para las palabras es indiferente el masculino o el femenino. Se limitan a distribuir su valor significativo al entrar en relación unas con otras.
Ocurre pues que el afán depredador de igualdad surgido de la progresía femenina, expresa su orgullo equiparándose verbalmente al masculino, sin tener en cuenta el factor de economía lingüística que contribuye de alguna forma a la precisión semántica de la palabra, sin pretender en absoluto herir la sensibilidad femenina cuando es absorbida por el género masculino. Y que, por otra parte, la necesidad de precisión expresiva queda suficientemente satisfecha con uno de los dos géneros.
Y puestos a hablar de igualdad, tendrían también que despeluzarse las palabras femeninas que absorben al masculino porque si no se nos va a cabrear el policío del esquino.


BUENA VERDAD
JUAN GARODRI
(5-5-2010)


Y qué buena verdad es, decía mi abuela cuando alguna cosa se le hacía evidente. Eso mismo he pensado estos días cuando he leído datos acerca del “caso Bono”. Que en todas partes cuecen habas. Quién iba a decirlo, por Dios, un hombre tan circunspecto, tan portador de las esencias honorables del político concienciado, tan puesto en lo de caballero español y en lo de que lo cortés no quita lo valiente, con las eses aspiradas raspándole la guturalidad y miajín rollífero, y anda, anda, también mojando el dedo en la alcuza de la corrupción. Me cuesta admitirlo, la verdad. Claro que hay que tener en cuenta una cosa: Lo he leído en un periódico digital de derechas.
Las derechas y las izquierdas, en plural, suenan a redobles del tambor español de las confrontaciones, tan histórico. En singular, sin embargo, la derecha y la izquierda remiten a conceptualizaciones elaboradas con el afán de acercarse a la política como ciencia. Es la “areté” de los sofistas (que se han empeñado en traducir como “virtud”) cuando “areté” apunta más bien a una capacitación y aptitud política. Pericles necesitaba hombres capaces para gobernar. Políticos. Ahora no tenemos políticos. Tenemos hombres y mujeres que se dedican a algo que llaman política pero que no es política. Esta política que padecemos es más bien un insuflador del ego de las apetencias. Erótica del poder. Hace creer al insuflado que por su aparición en una lista, votada posteriormente por un porcentaje determinado de votantes, se convierte en personaje. Lo cual que parece el mundo al revés. Porque la política es servicio. (Eso afirman en los mítines, caras). Y el servicio siempre está, eso, al servicio de los señores que pagan. De lo que se deduce que si el político es el servidor del pueblo, el pueblo es el señor, que paga. Debería pues ser servido por los políticos. Pero no. Los políticos se sirven de la mal llamada política para actuar, muchas veces en beneficio propio. Sólo afanes partidistas afirman que son más honestos los de derechas que los de izquierdas. Sólo afanes partidistas afirman que son más íntegros los de izquierdas que los de derechas. Tambores de guerra. Por ahí va la derechona, del brazo de Umbral. Por allí va la izquierdeta, con la mantilla del ‘cine español’.
Y Bono gargalizando eses como decorador del escenario.

jueves, 29 de abril de 2010

PUBLICIDADAD
JUAN GARODRI
(28-4-2010)


Unos dos meses antes del pasado uno de enero, la televisión pública nos llenó los ojos, diariamente, hora tras hora, con la repetición reiteradamente cansina de que, en sus cadenas, se nos iba a conceder la gracia de no emitir ni un anuncio publicitario más. Adiós a la publicidad pues. El personal se asomaba a las puertas de sus casas, vecinas, decía, que ya no volvemos a tener publicidad, qué gustazo, respondían, poder ver la Señora, o Águila Roja, o Amar en tiempos revueltos, sin interrupciones longitudinarias. ¡Los Lunnis!, gritaban los niños, Gran reserva, apuntaban los partidarios de series asentadas (¿o aún no se emitían los (des)amoríos de Gran Reserva?), los crujíos del Tío la Vara, —de José Mota, no se confundaaa...—, y Pelotas, añadían los futboleros de segunda regional, y Muchachada nui, gesticulaban los adolescéntulos de Enjuto Mojamuto, en fin, todos los partidarios (y partidarias) de la ‘pública’ exultaban y mostraban su alegría a raudales. En adelante no se emitiría publicidad.
Mentira podrida. La cadena pública sigue interrumpiendo. Lanza rociadas de publicidad como un aspersorio televisivo. De manera que entre un programa y otro efectúa la interrupción para que admiremos ‘su’ publicidad. No la publicidad de pago, no. Esa se deja para las cadenas generalistas (?). La televisión pública no cobra por emitir su publicidad. Pero la emite, la transmite y la retransmite.
Ha sido una equivocación. Un prolapso total de los buenos dineros que cobraban por emitir publicidad, lo cual que beneficiaba a la ciudadanía porque el dinero apoquinado por los ‘spots’ no salía de los bolsillos de cada vecino. Y ahora sale, puesto que TVE se nutre de los presupuestos generales del Estado. De nuestros impuestos, en suma.
Por otra parte, al eliminar la publicidad comercial, se ha eliminado algo recóndito que anidaba en las profundidades del ser humano. Esos perfumes con su temática de atracción de los sexos, esos cuerpos sensuales precozmente diseñados en las Venus paleolíticas esteatopigias (ahora anoréxicas), esa limpieza del blanco como perfección alcanzable, esa nostalgia del paraíso perdido (lugares idílicos, playas azules, muchachas como pan crujiente, ocio y viajes), ese ansia de poder y de éxito (el coche como símbolo de poderío). Todo nos lo ofrecía la publicidad comercial. Nos hemos quedado a orzas. Si quieres destapar tu íntimo frasco de deseos, tienes que zapear entre las cadenas no públicas. ¿Y si no?
LOS ENANITOS
JUAN GARODRI
(21-4-2010)


Hace ocho o diez días, la mayor parte de la prensa nacional se guaseaba de una pretensión ridícula. La que ha tenido nuestra ministra de Igualdad. Consistía en eliminar determinados cuentos infantiles que desarrollan la desigualdad de la mujer. La pintan como esclava del hogar, eso sí, con muchos colorines, pero esclava, al fin y al cabo. Y sometida al varón, además. Pero no con un sometimiento afectuoso y consensuado, que esto sería otra cosa, (cualquier acto generado por el consenso es un acto noble, un acto que eleva la condición femenina a la categoría suprema de la igualdad absoluta, un acto que, como el carácter de la metafísica monadológica de Leibniz, muestra su propia personalidad y sensibilidad humana vuelta a todos lados, abierta para recibir de cualquier dirección lo verdadero y lo justo, y dispuesta a dar a cada uno lo suyo, creo que me he perdido, tú), sometida pues al varón con un sometimiento consensuado, decía, yo me someto a ti en esto, dice ella, y tú me friegas los platos, pones la lavadora, la tiendes, planchas la ropa, la doblas, haces la compra y, cuando llegas a casa, echas un vistazo a las lentejas, no vaya a ser que cuezan demasiado, se evapore el caldo y se peguen. Esto es lo que es consensuar, hasta el punto de que así se eliminan los límites de la desigualdad.
Por eso Blanca Nieves es un ejemplo nefando, ‘de que no se puede hablar sin repugnancia u horror’, para las criaturas inocentes que la ven con ojos virginales de infantilidad cuando en realidad Blanca Nieves solamente muestra actitudes contrarias a la igualdad femenina. Blanca Nieves, una tontorrona que se ofrece a limpiar la casa, preparar la comida y hacer las camas a cambio de permanecer escondida en la casita del bosque. Agachaba la cabeza ante el sabio, sonreía al gruñón, acariciaba castamente las orejas del mudito, comprendía al dormilón, perdonaba al perezoso, limpiaba abnegadamente al mocoso, y animaba con alegría al tímido. Todo un ejemplo de sometimiento humillante. Blanca Nieves tenía que haber mostrado a los enanitos sus cualidades femeninas, como ir a la mina a sacar el oro, viajar por los alrededores para venderlo sin miedo a la bruja, rentabilizar las inversiones en productos madereros, hacerse cargo de los libros contables y follarse al príncipe los fines de semana.

martes, 20 de abril de 2010

EL REY MIDAS
JUAN GARODRI
(14-4-2010)


Hubo una vez un rey al que llamaban Midas. Lo conocen. Aquel que convertía en oro todo lo que tocaba para convertirse en el hombre más rico del mundo. Así que me limitaré a efectuar un calco semántico para adecuarlo a la realidad actual.
Hubo una vez un presidente de un club de fútbol que quería convertir en galáctico todo cuanto tocaba. Para convertirse en el presidente más famoso del mundo. Repasó la lista de jugadores. El mejor goleador de la copa mundial de fútbol. El mejor jugador mundial de la FIFA. El mejor jugador del año de la UEFA. El mejor Balón de oro del año. El mejor Bota de Oro del quinquenio. El mejor portero del año según la IFFHS. (Bueno, a éste ya lo tenía en propiedad). El mejor entrenador del año según la prensa deportiva. En fin, encore le mieux.
Midas soñaba en convertirse en el rey del mundo con la posesión indiscriminada de tantísimo oro. El susto fue mayúsculo cuando fue a comer un pollo asado y no pudo hacerlo. El pollo se había convertido en oro. Cuando fue a beber, no solo la copa, el agua también se había convertido en oro. Lloró de espanto, y las lágrimas se convirtieron en oro. De nada le valía la lectura de los consejos de Hipócrates en su “Corpus hipocraticum”. «Post prandium dormire, post coenam mille pasuum ire». Nada. Ni dormir ni pasear.
De nada le valían al presidente los jugadores galácticos. Unos se lesionaban. Otros se deprimían. Otros eran demasiado individualistas. Otros poco peleones y archipagados de sí mismos. En fin, no consiguieron levantar un trofeo durante más de un lustro. El presidente lloró de espanto y decidió invertir mucho más dinero en cracks.
Midas se arrepintió de su pretensión ambiciosa, se bañó en el río (se purificó) y volvió a convertirse en un hombre normal, tan normal que se fue a vivir a una casita en el campo, sin tener en cuenta la riqueza ni el poder.
El presidente no escarmienta y paga cifras desproporcionadas a sus jugadores, sin tener en cuenta la gran deuda que los clubes mantienen con los futbolistas. Según Gil Torres, vocal de la AFE, sólo el 20% de los futbolistas cobran al día. Muchos de ellos carecen de lo más necesario. Escándalo comparativo. Como se trata de fútbol, pues nada, cosas sin importancia.

jueves, 8 de abril de 2010

LO NEUTRO
JUAN GARODRI
(7-4-2010)

Confunden el género con el sexo. No hay manera de meterles en la cabeza que no, que el género nada tiene que ver con el sexo. “Violencia de género”. En Antena3, en TVE, en todas. La noticia que difunde la acción violenta del hombre contra la mujer (convivencia en pareja) es, indefectiblemente, nombrada como “violencia de género”. No sé quién dará las normas de coherencia semántica a los redactores de noticias, pero con frecuencia son equivocadas. Si nos atenemos a la normativa de la RAE, naturalmente. Incluso la Organización de Estados Americanos en la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, lo estableció: «Cualquier acción o conducta basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer». Basada en su ‘género’.
Que lo dice la nueva gramática de la lengua española. Que es la primera gramática académica desde 1931 que ofrece el resultado de once años de trabajo realizado entre las veintidós Academias de la Lengua Española que fijan en ella la norma lingüística para todos los hispanohablantes.
Que el género es una propiedad de los nombres y de los pronombres (palabras) con efectos de coordinación sintáctica, pero no siempre relacionado con el sexo biológico. Que las personas no tenemos género, tenemos sexo.
Que la expresión «violencia de género» es incorrecta porque la violencia la cometen las personas, no las palabras. Con lo fácil que sería decir «violencia sexual» o «violencia doméstica» o «violencia contra la mujer», según los casos.
‘Cambio de género’. Lo he leído. Con referencia a un tipo/tipa/cero australiano, Norrie May-Welby, que ha conseguido el honor de ser la primera persona del mundo de sexo “no especificado”. Ni hombre ni mujer. ‘Le néanti-sé’ sexual. Qué fuerte. Sartre lo hubiera objetivado, en lugar del ejemplo del carburador. La noción del ser que no existe en él. Una hipóstasis del acto anihilante en una nada actual. Jo, tío. Primero está descontento con su condición de hombre. Seguro que le molestaban los colgantes, apretados en la pernera del tejano. Me cambio a mujer, pensó. Pero dejó de consumir hormonas porque el sexo femenino tampoco le venía bien. El sujetador, sin duda. Problema arreglado: ni hombre ni mujer. Y yo me pregunto: Si alguien maltrata a Norrie (Dios no lo quiera), ¿su acción violenta ha sido violencia de género? Género neutro, digo yo.
TODO FLUYE
JUAN GARODRI
(31-3-2010)


«Panta rei». Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. Es la idea fundamental de la filosofía de Heráclito (que nos transmitió Aristóteles). Todo fluye y nada permanece en un ser fijo. «Las aguas han pasado, otras hay en lugar de las primeras y aun nosotros mismos somos ya otros».
Me encontré con Chuchi Galavís (colaborador de HOY) y hablamos de todo esto. Ya se sabe que cuando te encuentras con un colega de tantos años, la conversación gira en torno a esos ingredientes descocinados de los achaques. Tensión arterial, colesterol, triglicéridos, azúcar y todo eso. Panta rei, me dijo, vamos pasando sin ser siempre los mismos. Heráclito, le dije. Un devenir asentado entre contrarios que extrañamente no destruyen sino que fecundan. Por algo los antiguos le llamaban «el oscuro». Personalidad impenetrable. Aborrecía la multitud plebeya. Sus palabras no dejan de destilar cierta gota de resentimiento cuando afirma que la multitud cree a los cantantes callejeros y tiene por maestro al sentir de la plebe. Algo así como los ‘realitys’ televisivos actuales que nos colocan descarada e impunemente. Les gustan al gentío. El morbo y la violencia es lo que más vende en televisión. Desamores de famosos o famosillos o famosuchos fluyen como agua sucia por las regateras de las pantallas y el personal agradece la facilidad con que provoca un cotilleo más o menos exasperante, por no decir repugnante. Como la plebe que cabreaba a Heráclito por creer a los cantantes callejeros.
Todo pasa, pero no nos destruye. Nos transforma en otro. Con más canas, con más achaques, pero adaptados a la nueva realidad personal, cada minuto, cada hora, cada día, se produce un devenir fisiológico, un fluir constante que explica la auténtica esencia de cada uno. Un fluir que nos lleva a la desaparición (como desaparece en su fluir el agua del río) pero no a la destrucción. Cosas de Heráclito.
Hace treinta años Galavís era un manitas que montaba sus propios muebles y ahora es un cocinilla que prepara sus propios guisos con excelente calidad. No sé cómo habrán fluido sus neuronas. Supongo que bien, a juzgar por la chispa burlona de sus artículos. De esto le hablé. Tú tampoco puedes quejarte, me dijo. Seguro que cuando, recientemente, te han abierto la cabeza, han encontrado las capas tisulares embadurnadas con fluencia de letras. ¿Y? Que todo fluye.
TRANSGRESIÓN
JUAN GARODRI
(24-3-2010)


Quevedo tuvo sus problemas con la censura para publicar los «Sueños» en 1610. El censor encontró irreverencias contra las Sagradas Escrituras en algunas citas del autor. En definitiva, el Santo Oficio amonestó a Quevedo que tuvo que contentarse con publicar una edición expurgada en 1631. Y eso a pesar del carácter satírico que el escritor pone en su libro con la pretensión de conseguir un fin moral y no el «escándalo y reprensión de las personas sino de los vicios».
Benedicto XVI ha dedicado sus palabras del Angelus dominical, del pasado día 21, a hablar del pecado. Refiriéndose al escándalo internacional provocado por los numerosos casos de pederastia llevados a cabo por curas irlandeses y alemanes, afirmó, con deseo evangélico sin duda (el episodio de la mujer adúltera), que había que tener intransigencia con el pecado y perdón para el pecador. Y digo yo que a ver cómo se es intransigente con el pecado, que carece de identidad física. Habrá que mostrar intransigencia con la persona que realiza la acción pecaminosa. Porque el pecado como tal no es más que un concepto, una “expresión” de la vida espiritual del sujeto, una noción doctrinal elaborada por medio de una lista de acciones (una axiología de la naturaleza de los valores) consideradas como ‘malas’ —en oposición a la lista de acciones consideradas como ‘buenas’— y puestas en acto por seres humanos. Actos humanos, indudablemente. Actos que proceden de la voluntad del hombre. Actos realizados con plena advertencia y deliberación, con uso de las facultades específicamente racionales. Porque no creo que los pederastas cometan sus abusos sexuales dormidos, hipnotizados, borrachos o coaccionados por terceros.
Hay que tener en cuenta, además, que la pederastia no sólo es un pecado (contrario al sentido cristiano de la moralidad), sino un delito. Y como delito debe ser castigado conforme a su tipicidad jurídica en el código penal. Resultaría incomprensible que la suprema autoridad judicial dijese que en los casos de abuso sexual grave, por ejemplo, habría que perseguir la violación pero perdonar al violador.
He leído en Internet, esa maldita red de (des)información gigantesca que, bíblicamente, el pecado sexual solamente existe dentro del matrimonio (de ahí el caso evangélico de la mujer adúltera). Entre solteros no hay pecado. Y citan el pasaje de Mateo 19, 16-19. El joven que pretendía conseguir la vida eterna. Búscalo, lector amigo, léelo y saca tus propias conclusiones.
COMPARACIONES
JUAN GARODRI
(17-3-2010)

Las comparaciones siempre son odiosas, dice el gentío. Con el odio del ‘enemigo amado’ renacentista, añado yo. Porque no acabo de entender cómo pueden ser tan odiosas, al menos cualitativamente, si se utilizan tan a menudo. No creo que el personal la utilice como elemento de figura literaria. Porque tal como anda la imaginación del pueblo, tan relleno de estereotipos estilo Belén Esteban y por ahí, con nariz de boxeador y morros cotidianamente masajeados con replenador, no creo que le alcance para llegar a los umbrales de la base metafórica. Surge más bien la comparación como producto de la asociación de ideas, unas ideas que, en el fondo, son rechazadas por provenir de fuentes distintas a las que el sujeto (o la sujeta) en cuestión utiliza. Cuando David Hume elabora las ‘leyes de la asociación’ le da por viajar por Francia y trabar conocimiento con los enciclopedistas y con Russeau. Pero, vamos, ni loco se le hubiera ocurrido pensar que algún día, unos doscientos cincuenta años después, las leyes a) de semejanza, b) de contigüidad espacio-temporal y c) de causalidad iban a ser utilizadas para la procreación de prototipos (por decir algo) comparativos basados en la aversión o en el resentimiento. Porque hoy día, a pie de acera, la comparación no es más que la inquina hacia los poseedores de ‘algo’ que el comparante no tiene, enrabietado por esa carencia.
Veamos. «Roldán deja ya la cárcel y los millones no aparecen», rezaba la entradilla del HOY dominical, con amplia información en paginas centrales. Diez millones de euros (unos mil seiscientos millones de pesetas de las de 1993). El tío sale del trullo y, hala, a disfrutar de los millones. El gentío se enrabieta y lo compara con el desgraciado que tiene que tragar rejas durante veinte años.
Alonso cobra 20 millones de euros al año. De la Rosa y Alguersuari cobran anualmente 300.000 euros. El bicampeón del mundo de Fórmula 1 se pasa por el forro el riesgo de perder la vida que también tienen los otros pilotos. Y la gente compara. Cristiano Ronaldo y Messi, a por ellos.
En fin. Todas las comparaciones son odiosas. Traguémoslas. Sebas, el de El Copacabana, me dice: «La satisfacción de una persona inteligente es hacerse el idiota delante de una persona idiota que quiere hacerse el inteligente». Nunca lo hubiera pensado de un barman. Sin comparar, me dijo. La razón es toda tuya, respondí.

jueves, 11 de marzo de 2010

EDUCACIÓN, OTRA VEZ
JUAN GARODRI
(10-3-2010)

Espero no repetirme. Que uno no es un Cela ni un Umbral para que el gentío disculpe la reiteración opinante. Es el caso que he leído un comunicado de EuropaPress: «Más del 75 por ciento del profesorado tiene una visión “negativa” de la situación actual de la educación en la Comunidad de Madrid y considera que ha empeorado en los últimos años, según se desprende del II Educobarómetro, elaborado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo de la Fundación SM para Escuelas Católicas de Madrid». Y aquí hemos topado con la Iglesia, amigo Sancho. El cagaleches de turno, con el que suelo coincidir a veces en el Candilejas, me comenta que no es de extrañar, que siendo católicas las escuelas el profesorado mira con cristales de aumento las deficiencias del sistema educativo y que, además, esa visión negativa docente se da en la comunidad de Madrid, que ya se sabe cómo es, y que no puede extrapolarse a otras comunidades españolas. Pues no sé qué decirte, le digo, pero tu opinión no me vale porque la asientas en un hecho discriminatorio, ¿discriminatorio? ¿yo?, me responde, yo que soy más partidario de la libertad que los diputados de las Cortes de Cádiz, sí, le digo, porque el hecho de que sean escuelas católicas no significa que carezcan necesariamente de razón en su enjuiciamiento de la situación actual educativa. Por otra parte, continúo, todos lo comprobamos a diario también en la escuela pública.
Lo cierto es que el cacareado Pacto por la Educación, presentado por las autoridades educativas a finales de enero, se ha quedado emparedado entre el antes y el después, y las carencias siguen ahí, como los gusanos dentro de una pera.
Ahora andan correteando por los centros docentes informes y páginas para mostrar «La visión funcional de las competencias básicas». Y se vuelve a caer en el psicologismo exagerado de la Logse cuando insistía en las ‘fuentes del currículo’: epistemológica, sociológica, psicológica y pedagógica. Se olvida pronto la epistemológica (qué enseñar), y se da de lado a la pedagógica. Se insiste en la sociológica (integración de los alumnos en su entorno social de forma crítica y libre) —juá, juá, juá— , y se entroniza la psicológica (procesos cognitivos y tipos de pensamiento en la realización de tareas y actividades).
Lo malo es que con los procesos cognitivos no se encuentra trabajo.
REBELIÓN
JUAN GARODRI
(3-3-2010)


Ya saben ustedes, el ciclogénesis explosivo, la tormenta perfecta, la bomba meteorológica, todo eso. Lo apreciamos como una ‘maldad’ cosmológica. Como una catástrofe telúrica. Existe sin embargo una pureza insólita en la rebelión de la naturaleza. Que propiamente no es rebelión. La naturaleza obra así, naturalmente. Nietzsche habla de la rebelión de los esclavos, Ortega de la rebelión de las masas. Pero lo hacen más como un deseo de rebeldía que como un hecho. No me suena que filósofo alguno haya hablado de la rebelión de la naturaleza. La naturaleza es inocente en sus actuaciones violentas. No existe una venganza geomorfológica que la impulse a la destrucción. La misma castidad natural converge en la belleza estética de un atardecer sonrosado y diáfano que en la violencia aterradora y desastrosa de un terremoto. El ser, en su pura y desnuda realidad, la naturaleza y todo el devenir natural, es lo verdaderamente bueno y valioso. Tal vez somos nosotros, los seres humanos, quienes provocamos la irrupción violenta de la naturaleza porque alteramos su tranquila respiración cósmica. He leído por ahí, puede ser cierto, que los países desarrollados efectúan pruebas nucleares en los fondos marinos. Desde la primera prueba nuclear en julio de 1945, en Alamogordo, Nuevo México, hasta hoy día se han llevado a cabo más de 2.300 pruebas nucleares, la mayor parte de ellas distribuidas entre Estados Unidos y Rusia. Después de la Segunda Guerra mundial empezaron a experimentarse en los fondos marinos (islas Marshal) por EE.UU. y en el archipiélago de Nueva Zembla por Rusia. Las gigantescas explosiones nucleares bajo las aguas producen la alteración de las corrientes marinas y alteran, por lo tanto, los ciclos de las lluvias. También originan corrimientos de tierras que, en su desplazamiento, se erigen en el epicentro de terremotos devastadores, con sus correspondientes maremotos y tsunamis. Haití, Japón, Chile, son pruebas recientes de ello. El mal no viene de la naturaleza. El mal viene de los hombres.
Por eso no acabo de entender lo de ‘tormenta perfecta’. Así como toda certidumbre genera su correspondiente incertidumbre, así toda perfección genera su correspondiente imperfección. Para que aparezca una tormenta perfecta, tienen que estallar otras que sean imperfectas. ¿En qué consiste la imperfección de una tormenta? El mal también tiene su sentido teleológico. Sirve para contrastar el bien que, ausente el mal, difícilmente podríamos apreciarlo. Aunque nos duelan las imágenes de destrucción y muerte.

jueves, 25 de febrero de 2010

DISCRIMINACIÓN
JUAN GARODRI
(24-2-2010)

Vuelven a girar las ruedas del molino social. Otra vez andan los telediarios con la molienda de que las mujeres perciben salarios inferiores a los de los hombres. Cierto. Pero no es razonable que se generalice. Porque no “todas” las mujeres «ganan menos» que los hombres. El sindicalista me dice que estoy equivocado. La mujer trabajadora gana menos. Hay aquí una especie de tautología porque se discrimina a la mujer dentro de la discriminación de la mujer. Esta discriminación de la mujer en el ámbito laboral se lleva a cabo en toda España. Vamos, me parece a mí. Profesoras, juezas, magistradas, catedráticas, secretarias de administración, médicas, enfermeras, auxiliares de clínica, asistentas sociales, administrativas, y muchas más, perciben una ‘paga’ idéntica a la de los hombres. ¿Por qué todas estas mujeres no son consideradas como trabajadoras? ¿Acaso no trabajan?
Según crónicas italianas, Marino Salieri fue elegido dux a los ochenta años, en 1354. Ya es raro que en el siglo XIV alguien permaneciese en activo a esa edad. En fin, en este país, ahora mismo, en el año 2010, sería impensable la permanencia ‘en activo’ de un octogenario. En este sentido, hay una discriminación laboral que me duele particularmente. Discriminación por razón de edad. Se cuecen habas en toda la eurozona. En Europa, por ejemplo, el 42 % de los mayores de 50 años no encuentran trabajo, o son presionados para que dejen de trabajar. En España aumenta el porcentaje. El 61 % de varones españoles que rozan la cincuentena no encuentra trabajo, o los despiden. En algunos países europeos (Reino Unido, Alemania) no se admite la discriminación por razón de edad, y quien se considera perjudicado acude a los tribunales de justicia. En Estados Unidos, algunas sentencias condenatorias de esta clase de discriminación obligan a la empresa a indemnizaciones elevadas. ¿Quién acude en España a los tribunales si se siente discriminado por razón de edad?
Otro tipo de discriminación inadmisible es la dedocracia. (No me refiero al dedo de Aznar en la universidad de Oviedo. Que, según como se mire, también es una discriminación la que han ejercitado sobre él los medios y los portavoces gubernamentales, disculpando a los que lo insultaron verbalmente e inculpándolo por insultar mímicamente). Dedocracia. La práctica, tan extendida entre nuestros prohombres, de nombrar personas a dedo para cargos relevantes, abusando de autoridad. Discriminación con los mejor preparados.

domingo, 21 de febrero de 2010

LA NIEVENIEV
JUAN GARODRI
(17-2-2010)

Estoy en Soria, y con las madrugadas a siete grados bajo cero, y con los mediodías a uno o dos bajo cero, sales a tomar los vinos a la plaza de Herradores y se te hielan los pensamientos. Estos días de febrero en que el frío secciona los pensamientos con el bisturí de la inoperancia, España se debate en los frentes controvertidos de la guerrilla del deslumbramiento. Un deslumbramiento ocasionado por la nieve meteorológica que obliga al uso de cadenas (siempre que el atrapado en la nevada sepa montarlas, que esa es otra) y por la nieve que refleja la luz insensata de la solución del conflicto socioeconómico que no logra embobecer al personal porque, por mucho que se diga, el personal desconfía más que nunca de los políticos. Ni siquiera las baladronadas de Leire Pajín animan a los jubilatas, acogotados por la posibilidad de ver reducidas sus pensiones, ni a los cotizadores (posibles jubilatas dentro de unos años) actuales que se temen la reducción al límite. La nieve se hiela y los patinazos son frecuentemente peligrosos. En la carretera y en las calles. Toneladas de sal para evitarlos. La sal de la tierra. La sal es la promesa de los políticos que, en nombre del Gobierno, sermonean acerca de las posibilidades inminentes de salir de la crisis. Pronto dejaremos atrás la crisis. Hay que arrimar el hombro y afirmar los pies en el suelo. Pero los pies resbalan en la nieve. Unos patinazos contundentes, acongojantes y desestabilizadores que provocan el costillazo. Los hematomas económicos, producto de los culetazos ocasionados por la nieve, resaltan el aspecto morado de la insuficiencia y de la carestía. Es irrisorio el hecho de escuchar los telediarios y comprobar las bobadas que pueden decirse para animar al gentío, acobardado y tenso. Generación ni-ni. Se atribuye a los jóvenes que ni estudian ni trabajan. Más bien debería atribuirse esta generación a la de los políticos que no se ponen de acuerdo para solucionar los problemas que preocupan a la ciudadanía. Ni consenso ni verdades. Sólo están interesados en el acogotamiento del adversario. Qué tendrá el poder para que los votos sean la única adquisición que los salve políticamente. Un amigo me decía que dudaba de la inteligencia de Zapatero porque, de ser inteligente, abandonaría su discurso de apariencias y retazos y permitiría que gobernase Rajoy. Pero eso es imposible, le dije, por contradictorio y maquiavélico. No lo es, retrucó, así se vería claramente la ficticia jactancia de Rajoy y se comprobaría su inoperancia, porque él tampoco sería capaz de sacar a España de la recesión y de la crisis. Anda y que se rompiera las costillas del batacazo en la nieve del conflicto económico.
En fin, pienso que los españoles están hartos de sus políticos y de su crisis, a juzgar por ese 85% de mujeres encuestadas que está satisfecha con la calidad de sus relaciones sexuales. Valoran más una buena vida sexual que el dinero. No se pelean con bolas de nieve.
DEBATES
JUAN GARODRI
(10-2-2010)


Proliferan los debates. El personal, mayormente político, se agarra a los debates como a clavo ardiendo. Se piensa, puede ser, que se arregla con un debate lo que se ha desarreglado con una mala gestión. Piensen ustedes en el fenomenal barullo que se ha organizado con el asunto de las pensiones. El ‘indeciso patológico’, sambenito con el que Martín Ferrand ha bautizado a Zapatero, ramonea en la arboleda sindical para conseguir la paralización de convocatoria de huelga general. Hay que debatir si queremos un indeciso patológico o un presidente ‘cortoplacista’, como lo llaman otros. Los debates. Las cadenas televisivas no se hartan de debatir. Si el debate está montado sobre la acción política, Zapatero es la pieza que hay que abatir. ¿Quieren los españoles que Zapatero vuelva a ser candidato a la presidencia del Gobierno? Debate servido. Con un 4,3 millones de parados y un déficit público que se escurre a causa de la gastroenteritis económica, Zapatero no puede repetir la presidencia. Con el vencimiento de la deuda española a corto plazo Zapatero acentúa nuestra crisis. Es un debate en el que no se debate: se afirma la culpabilidad, la inoperancia y la jeta dura de Zapatero. Vamos, que no me lo creo. En un debate (entendido como discusión sobre una cosa) no se afirma, se razona. Y en este debate —Zapatero sí, Zapatero no— aparecen en superficie escasos razonamientos. Porque no tratamos de los debates cutres que aparecen en determinados programas televisivos sobre cameo criticón de las culifinas icónicas. No. Tratamos de un debate serio en el que no parece posible demostrar que una sola persona —con la satisfacción de las apariencias— sea culpable de todos los males que atacan al personal de acera. El resquebrajamiento de la economía —¿Financial Times resucita a la ‘pérfida Albión’?— choca con la dilapidación de erarios públicos que gastan miles de euros en conseguir portátiles para cada uno de los alumnos de 3º de ESO, cuando es bien sabido que no son necesarios individualmente, o con los milloncejos que el Parque Móvil de la Guardia Civil se ha gastado en adquirir 7 unidades de Mercedes 170 CV, último modelo, para colocar radares que cacen subrepticiamente. Economía resquebrajada. Las cortinas de humo no quieren debates, a pesar de la intoxicación (también contra el Villarato) que sectores de la prensa deportiva lanzan contra los árbitros para inculpar al Barça.
DE HORMIGAS
JUAN GARODRI
(6-2-2010)

Cantando la cigarra pasó el verano entero. Una holgazana. La hormiga, sin embargo, una trabajadora incansable y terca. Cuando en 1781 se publicó en Valencia la primera colección de las fábulas de Samaniego, poco se imaginaba el ilustrado autor que no andaba muy acertado con respecto a la consideración de trabajadora que dedicaba a la hormiga.
Porque resulta que Anna Dornhaus, investigadora de la universidad de Arizona, ha concluido que las hormigas son holgazanas. Ni más ni menos. Ella misma ha representado el papel de hormiga laboriosa porque ha pintado a 1.200 hormigas, una a una, de colores, con un pincel especial de aeromodelismo. Jo, tío, se queda uno de piedra. Y se pregunta, atónito, cómo es posible que una tía pinte a 1.200 hormigas y las grabe en vídeo, una a una, para estudiar sus movimientos. La tarea de chinos científica ha dado sus resultados. Y así, la laboriosidad que se atribuye a la hormiga no es más que una apariencia provocada por la actividad de las que trabajan, que son pocas. La hormiga es gandula, tanto o más que la cigarra, porque ésta por lo menos canta. Resulta que el hormiguero se aprovecha de la hiperactividad de unas cuantas mientras que la mayoría de la colonia no hace nada. Vamos, que se la suda el grano de trigo. La idealizada laboriosidad de la hormiga, modelo de trabajo constante, se ha ido a hacer gárgaras. Siempre han existido grupos que se aprovechan del trabajo de otros miembros del grupo. De haber conocido los datos sobre las hormigas de la doctora Dornhaus, tal vez Ramiro Pinilla hubiera planteado desde otra perspectiva menos faulkneriana su novela “Las ciegas hormigas”, aquel premio Nadal de 1960, controvertido por la prensa de la época. (Conservo entre mis libros un ejemplar de entonces). Y no hubiera implicado a Sabas tan ‘ciegamente’ en la recolección del carbón que la marea traía a la playa de Getxo. Ahora lo reedita Tusquets dentro de la burbuja de reconocimientos que están convirtiendo a Pinilla «en una referencia inexcusable para el trazado de la historia de la narrativa del medio siglo».
La crítica literaria: cuando quiere ensalzar, sobredimensiona; cuando quiere hundir, minusvalora. Algo así como Anna Dornhaus, que se ha cargado la literaria tradición obrera de la hormiga. Trabaja para eso. Y la cigarra muerta de su veraniega risa floja.
ESTUPEFACCIÓN
JUAN GARODRI
(27-1-2010)


Aunque sí, a uno se le queda cara de estupefacto con la aparición de las noticias. Veo, escucho y leo tal cantidad de información prescindible en las pantallas televisivas y en las páginas de los diarios, que a veces el pasmo sustituye a la complacencia. La culpa es tuya, porque si son prescindibles no deberías atenderlas, me dicen, la curiosidad es dinámica e impulsa a la visión o a la lectura, respondo. Así que tengo que soportar mi cara de embobamiento en el Candilejas cuando escucho las conversaciones y me entero, por ejemplo, de que el Rafita está en libertad tras cometer el tercer delito en ocho meses. Porque digo yo, decía uno, que si un tipo es así de delincuente, un tipo que viola y asesina y quema, no debería salir de la cárcel, por muy progresista que sea lo de la reinserción y todo eso. Y si la ley lo autoriza, pues como que deberían cambiar la ley, que la justicia está para algo más que para cumplirse en función de los votos, según dicen, que hasta ofrecen puestos en el Constitucional para conseguir servidores del Ejecutivo, cuando deberían ser independientes, como mandan los cánones de la buena democracia, que hasta Garzón se ha convertido en un prevaricador, con lo gallito que iba por todas partes, como un capitán Trueno de la justicia y paladín de la democracia, con lo de la causa contra el franquismo por lo de la memoria histórica, vaya chasco, decía otro, que ahora quieren hacer memoria histórica también los de derechas por las víctimas que causaron los de las “ordas rojas”, y no sólo esto, decía un tercero, la cosa está bastante podrida en España, el almacén nuclear saca a relucir la miseria de los partidos políticos, la guerra de los residuos nucleares está a punto de reventar el Tripartito catalán, y no sólo esto, decía otro, el PSOE pagó a la banca 780.000 euros de los 34 millones que le debía por demora, y el PP recaudó en 2006 cinco veces más que el PSOE en donativos opacos, ¿opacos?, le preguntaron, sí, opacos quiere decir oscuros, lo cual refiriéndose a donativos quiere decir que eran ilegales o poco menos, pero bueno, terció un quinto, mientras Ronaldo no sea sancionado y lo midan con el mismo rasero que a Messi todo lo demás carece de importancia.
CONTRADICCIONES
JUAN GARODRI
(20-1-2010)


Los filósofos han tratado de explicar, dentro de la ley de principios, el llamado ‘principio de contradicción’ como algo que no puede “ser y no ser” al mismo tiempo, dotando por lo tanto de imposibilidad óntica el rezar y el no rezar (simultáneamente), por ejemplo. De ahí que me resulte sorprendente la noticia de que Zapatero haya aceptado la invitación de Obama para asistir a un “prayer breakfast”, acto religioso que «empieza con una oración, termina con una plegaria y en medio hay sólo invocaciones al Señor y promesas de no apartarse de las Sagradas Escrituras». Toda persona está en su derecho de ser creyente o no serlo pero, por coherencia interior, el no creyente debe abstenerse de participar en actos religiosos de oración y fe activa, como es el ‘desayuno de oración’. A no ser que Zapatero esté interesado exclusivamente en el encuentro con Obama y le importen un pito las invocaciones al Señor y el ‘canticorum iubilo’ de las Sagradas Escrituras. No es extraño pues que la prensa antigubernamental se haya pitorreado estos días del señor Presidente con tal motivo. Momentos tontos que vive cualquier persona común en su vida diaria, mister Bean.
Otra raya del principio de contradicción, ser y no ser, la ha señalado la señora vicepresidenta De la Vega cuando afirma que el escudo que adorna la primera página del ejemplar original de la Constitución es inconstitucional. Andar en zancos por el alambre es más fácil que concluir la contradicción: una página de la Constitución es inconstitucional. Habrá que espantar al águila de san Juan para que vuele a los evangelios y deje de representar símbolos franquistas. (Que eran anteriores a Franco, por cierto).
Otra raya. La gripe A se extingue sin causar los daños temidos: sorpresa y controversia en la comunidad científica. Ser y no ser. Esopo escribió algo parecido acerca de un pastor que asustaba a sus paisanos con la falsa llegada del lobo. También nos asustaron con la gripe aviar. Llegará el día en que nadie acepte las previsiones médicas de los gobernantes.
Raya final. Ser y no ser. Utilizar la foto de Llamazares para representar a Bin Laden. No deja de ser un ataque al principio de contradicción. Porque Llamazares no es Bin Laden. Es un político español honesto que no merece las chapuzas identitarias del FBI ni el guaseo de la prensa alemana.
DE FÚTBOL
JUAN GARODRI
(13-1-2010)

Mira que me gusta el fútbol. Entiéndame ustedes, me gusta el fútbol-fútbol. Pero no me gusta. Primero: No me gusta este simulacro deportivo en el que unos mangantes trotan indolentemente por la ‘cancha’ ridiculizando las cualidades de lucha y esfuerzo que caracterizan a este deporte. Véase como referente el partido Recreativo-Atlético de Madrid, esa humillación balompédica sufrida por los del Manzanares el día de Reyes, y como si tal cosa. Segundo: No me gusta el fútbol que maneja cifras económicas desorbitadas, tanto para pagar a sus jugadores como para cosechar cantidades todavía más astronómicas guadañadas en las praderas televisivas y en los contratos publicitarios. Tercero: No me gusta el fútbol por las horrorosas desigualdades que provoca en el ámbito económico. Puede ejemplarizarse el aserto diciendo que mientras el equipo más grande del mundo (que el lector atribuya la grandeza al equipo con el que se siente identificado, yo no acertaría) gana millones de euros que distribuye entre sus jugadores, se supone, otros equipos no disponen de economía mínima para pagar a los suyos, tal como ocurre ahora mismo en el Tarrasa C.F., equipo en el que los jugadores no cobran desde la temporada anterior, y algunos tienen que mantenerse (ellos y su familia) de la caridad pública con arroz, pan, aceite y alguna pieza de fruta.
Teóricamente podría hablarse de una nueva ‘lucha de clases’. Marx añadiría, digo yo, la contraposición entre el “valor de cambio” (conservación de la mano de obra futbolera) y el “valor de utilidad” (conservación del producto del trabajo procurado en el mercado libre). Surge así el capitalismo de ‘grandes’ clubs, y el proletariado de los clubs modestos y pobres. Estos clubs humildes deberían hacerse conscientes de su oposición a los poderosos (aunque no sé cómo) para superar la antítesis de contrarios pues “la clase poseedora y la clase proletaria representan una y otra la misma autoalienación humana”. Esta frase entrecomillada es de Marx, las anteriores son chorradas mías.
En definitiva, no me gusta el fútbol mercantilizado porque ha abierto la vieja herida social que hizo sangrar cruentamente las diferencias entre ricos y pobres. No sé qué coños hace la Real Federación Española de fútbol que cierra los ojos a estas desigualdades y no instaura un fondo de compensación para aminorar las penurias de muchos futbolistas modestos.
Marx lo hubiera propuesto en su sueño del hombre nuevo. El deporte sin clases.
NAVIDADES ‘OUT’
JUAN GARODRI
(6-1-2010)

El pasado domingo, día 27, mi amigo Agapito Gómez Villa, defendía ‘su’ navidad como una vuelta a la pureza de la niñez. Tenía razón. Sólo desde el punto de vista de la inocencia pueden aceptarse unas navidades que ya ni parecen navidades. No me gustan. Alargan el halo taciturno de la desventura. Por mucho que se esfuerzan los ayuntamientos en la iluminación nocturna de las avenidas (en las poblaciones en las que hay avenidas, que no dejan de ser calles un poco más anchas) permanece una especie de tristeza alrededor de las figuritas luminosas. La culpa del hombre maduro y el tema de la renuncia, que tanto conmovieron a los escritores del siglo XVIII, no pueden ser hoy dominados por algunas representaciones institucionales de ‘belenes’ en las plazas públicas, reducidos a mera rememoración folclórica. Por otro lado, la sociedad cede, poco a poco, a la considerada corriente progre de arrinconar el hecho religioso. Es más ‘in’ quien se muestra indiferente ante la murga de la pandereta y el soniquete del villancico. Así que este año han desaparecido. Los altavoces colocados en las esquinas de las plazas lanzaban al aire del oscurecer musiquillas que relacionaban el ambiente popular con la letra navideña. Han desaparecido. Supongo que por lo de la supresión de símbolos religiosos. Para evitar la herida de la sensibilidad. El veto del villancico, a pesar de su abolengo histórico, de origen medieval. En el Cancionero de Baena aparecen con el nombre de ‘cantigas’, en el Cancionero de Palacio con el de ‘canciones’. Empiezan a llamarse ‘villancicos’ en el Cancionero General.
Así que no me gustan las navidades. Estas navidades que parecen lejanas y extrañas. Rodeadas de noticias tan deplorables como las que aparecen en las portadas de las revistas del cuché, tan del agrado del gentío. Belén Esteban, supermodelo del tarugueo mental, sublimada hasta la nausea. La pobreza intelectual provoca la huida hacia esos personajes sacados de la nada que proporcionan beneficios a la prensa rosa y a la televisión tomatera. También Rajoy se ha lanzado a la imagen revistera con el gorro de cocinero y el servicio del cocido en un comedor social. Son imágenes de una navidad devaluada económica, social y religiosamente. El remate pesimista se aloja en ‘mi’ navidad si, por último, leo que se acerca el principio del fin del progresismo y que políticamente Europa ha muerto. Nos salva el cuerpo de Kate Winslet.
DINERO PODRIDO
JUAN GARODRI
(7-11-2009)

Hay dos tipos de personas que ganan demasiado dinero. Los políticos y los futbolistas. Aunque habría que matizar. Ni todos los políticos ni todos los futbolistas. Pero los que han trepado a la cúspide del sueldo provocan el enfado de los ciudadanos. El cabreo del gentío va dirigido contra el político de rango alto y contra el futbolista de ficha altísima. El político de rango alto vive muy bien y, según dicen, hace muy poco: apretar un botón. Cuando representa al Gobierno (qué tipo de representación, si puede saberse, porque la colocación de una primera piedra puede ser muy representativa, pero inútil. Primeras piedras ha habido que quedaron sólo en eso, pero los gastos de representación, los gastos de viajes, los gastos de restaurantes, se endosaron en la cuenta de los políticos aunque después no se continuara la obra). Cuando el político representa al Gobierno, decía, viaja gratis, come gratis y encima recibe una dieta para no sentirse desvalido. Pero, vamos, esta es la opinión crítica de los ciudadanos que no son responsables ni demócratas, me dice el paseante de acera, porque desde que comenzó la democracia los políticos se han puesto a trabajar a destajo, que es algo digno de ver, así que estoy de acuerdo con el sueldo que perciben y, sigue, nos han solucionado la mayoría de los problemas, la falta de vivienda para los jóvenes, la eliminación de la droga, la extirpación del terrorismo, los bajos sueldos para el obrero, los precios de los productos del campo y el embellecimiento urbanístico de las playas. No me vas a comparar el trabajo de un auxiliar del ayuntamiento, por ejemplo, con el trabajo agotador de un político en el parlamento. Hay que tener en cuenta, además, las horas de estudio y sacrificio que han dedicado a conseguir su puesto y que, gracias a las listas cerradas, han podido auparse a lo más alto y llegar a cobrar la apreciable suma de más de 3.000 euros mensuales mínimo, eh, que pueden también superar esa cantidad con creces. Y prosiguió: la opinión pública es crítica, y a veces feroz, con nuestros políticos, tan abnegados, que solo miran por nosotros y se dejan la piel en el desempeño de la función pública.
Así que le pregunté: ¿cómo justificas los casos de corrupción y enriquecimiento ilegal? Habladurías y envidia rencorosa, respondió. (Del futbolista hablaremos en la próxima).
METÁFORAS
JUAN GARODRI
(31-10-2009)


No es posible que hayamos quedado reducidos a eso. Es una exageración cutre de un presentador cutre en programa televisivo cutre. Mientras la mierda siga flotando, España no se hunde, dijo. Como metáfora, el elemento comparativo que mantiene la identificación es la mierda. Si la mierda flota, España también flota. Bien porque España se haya convertido en mierda, bien porque España flote en un charco en el que predomina la mierda. La mierda como atributo de la corrupción. La analogía es tan denigratoria para España que uno se queda pasmado. La corrupción urbanística se ha apoderado de España. Es una metonimia abyecta en la que se toma la parte por el todo. Evidente. Una parte de España está corrompida. Toda España no está corrompida. Las metáforas tienen eso, una parte irreal que el hablante convierte en real gracias a un proceso de transmigración léxica merced al cual se atribuye al segundo término de la comparación la identidad del primer término. No es justo. Toda metáfora es injusta aunque a veces sea embellecedora. Unos dientes no son perlas por mucho que se esfuerce en ello quien elabora el concepto metafórico. España no es mierda por mucho que se esfuerce en ello el presentador cutre que atribuye las cualidades negativas de la mierda al sector enmerdecido. La corrupción urbanística ha extendido su pestilencia a los Ayuntamientos, y los ediles se han untado. En Plasenzuela, en Torremocha y en Santa Coloma de Gramanet. La corrupción política pretende apoderarse de sectores que le sean rentables, bien en pasta gansa bien en votos. No acierto a comprender ese afán desmesurado que empuja a los políticos a apoderarse de las Cajas de Ahorro. Ser presidente de una Caja supongo que añadirá a la presidencia el poder de mando. El presidente es el que manda. ¿Por qué los políticos tienen que meter las narices en las presidencias de las Cajas de Ahorro? No veo la relación causa-efecto de la política y el dinero. De la política como ciencia Maquiavelo expuso su doctrina. De la política como moral (buenas costumbres) escribió Leibniz. Y Trasímaco: es justo lo que le cuadra al más fuerte. De tener razón Trasímaco, jamás sería injusta una sentencia de un tribunal supremo, ni digno de baldón un hombre malo pero poderoso. Estos son los de la metáfora de la mierda. Chapotean en la corrupción con la fruición pestilente de los cerdos en un charco. Los españoles no.
PALABRAS
JUAN GARODRI
(24-10-2009)

Hay palabras que definen a una especie, sin que quien las pronuncia piense si es más adecuada la utilización del masculino o del femenino. Liebre, perdiz, trucha, miembro. Nuestros políticos tan listos (o tan olvidados de sus estudios, si es que los tuvieron, que en todas partes cuecen habas, comprenda usted, tampoco es que sea necesario para el ejercicio de la política tener colgado en el salón el título universitario, hay políticos con su licenciatura y todo y hay políticos modorros con, si acaso, el graduado escolar, conseguido tras ímprobos esfuerzos de incultura y pasotismo, pero ya ve usted llegan a mayores y se hacen concejales, y disponen de coche oficial para sus desplazamientos oficiales o para la colocación de la primera piedra. Lo de llegar a concejales, o a altos cargos responsables, es consecuencia de la afiliación y las listas cerradas, ya se sabe, a mayor cabezazo aquiescente mayor altura en la colocación de la lista, y así salen a veces alcaldes o diputados o diputadas que a causa de su analfabetismo funcional ejercitan de forma facticia el cargo suprimiendo con frecuencia el prefijo di-, dando en consecuencia al ciudadano por donde suena la trompeta o, lo que parece peor, blanqueando el dinerito de las comisiones ilegales, actividad que resulta tan provechosa en esta España nuestra atiborrada de ediles y edilas imputados por prevaricación y jeta ancha, tal como puede usted leer casi a diario en cualquier periódico de cualquier región de este país, hecho para el fraude y el engaño, como dijo Blanco White, que se fue de España y hasta escribió su autobiografía en inglés), nuestros políticos tan listos, decía hace un rato, desconocen esas palabras que definen a una especie, como dije, y en un afán sin duda laudatorio de modernidad y progresía sueltan lo de miembro y miembra en medio de una valoración léxica masculino-femenina que excede los límites de la cultura elemental, porque también podría utilizarse el femenino en expresiones populares, y no se utiliza. Por ejemplo, se dice del Kun Agüero que corretea por el campo como pollo sin cabeza, pero no se dice que va de un lado a otro como polla sin cabeza, a la búsqueda del cuero, que también podría decirse, porque tanto los pollos como las pollas corretean sin cabeza si persiguen la desorientación. Así que las palabras son burbujas de humo.
OTOÑO SIN MOÑO
JUAN GARODRI
(17-10-2009)

En otoño a las viejas se les cae el pelo del moño. Eso decían. Era la vejez. Ahora todo ha adquirido el aspecto de una senectud anticipadamente provecta. Los campos muestran una sequía aterradora, sin brizna de hierba, que era su moño. A la dehesa se le ha caído el moño antes de tiempo. La encina emerge mustia y no se parece al frondoso árbol cantado por Virgilio. Todo el mundo anda sin moño en medio de una calvicie precoz y fustigada. Este otoño caluroso y reseco enciende las pasiones y atiza el sofoco de los políticos, enredados en la repugnante lucha de la espada y el garrotazo. La corrupción lanza esa sofoquina que agota las ideas de regeneración y resurgimiento. España anda perdida entre demoliciones e imputaciones, tanto más controvertidas cuanto más reales y negadas. La negación es el arma rasurante que pela el moño de la política. Todo es mentira. Nada es verdad. O al revés, según quien lo mire. La sequía de ideas transformadoras absorbe el agua de las dehesas. Así que la dehesa luce un desfavorable aspecto famélico sin el césped jugoso de la transparencia. A la dehesa también se le ha caído el moño. Los atardeceres de la dehesa, tan repletos de ocasos otoñales, han perdido la tranquila magia de las nubes rosadas por el viento vespertino. La sequía las transforma en sombras enemigas que desorientan la dormida de los pájaros. La solidaridad amorosa del universo. Aquí quisiera yo ver las reacciones de León Hebreo prendidas a los tres «dialoghi d’amore», a ver cómo iluminaba su haz de alegorías con sus ingeniosos simbolismos. Si un ternero no tiene agua para beber no bebe. Pero a ver cómo se combina el reflejo de la actividad creadora con un campo muerto e improductivo. «Todo el universo es un individuo producido por el sumo opífice», dijo. Y los renacentistas se lo creyeron. El moño de Rajoy es el caso Gürtel, dentro de un corrupto renacimiento económico. El moño de los políticos es su patrimonio.
En fin, este otoño anómalo cambia también los pensamientos. Heráclito afirmó aquello de que ‘todo fluye’ porque en sus tiempos no había esta sequía extremeña. Y seguro, además, que las viejas de Éfeso ondulaban su encanecida cabellera con aceite de mirto y arrayán para que en el otoño no se les cayera el moño.
LA GORDA Y LA FLACA
JUAN GARODRI
(10-10-2009)

Ya era hora. Por fin ha llegado alguien, sin ojo de buen cubero, que se decide a sacar una revista de moda en la que las modelos no sean delgadísimas, ni sean ‘modelos’. Muchachas de la calle, hermosas y sanas. Abajo la anorexia, arriba los huesos rellenos de carne. «Haremos una revista para las mujeres tal como son, y no como otra gente quiere que sean», afirman Andreas Lebert y Brigitte Huber.
Se proponen editar una revista en que las modelos sean mujeres “normales” (que ya tiene guasa tener que entre comillar la normalidad de una mujer que no es esquelética). Quizá sean seres enfermizos esos diseñadores que ensalzan la belleza de una mujer contemplada, a lo que parece, a través de unos rayos X, esos fenómenos extranucleares producidos por desaceleración de electrones. Me pregunto qué desaceleración se produce en los cuerpos de las infelices que se someten a la ostentación de la moda en las pasarelas. Y en la mente de los diseñadores que eligen tallas ínfimas para introducir esos huesos que consideran bellos. Y si el desfile es de modelos que lucen bañadores para la próxima temporada, la visión es sorprendentemente peor. Yo no admiro esa belleza huesuda que muestra, entre los aparentes tropezones que dan al cruzar las piernas a medida que desfilan, rodillas desnutridas, tobillos escuálidos, hombros consumidos, costillares esqueléticos. Lo único que puede considerarse gordo en su descarnada anatomía son los labios (hinchados como morcillas por la intervención del laser) y los pechos, abultados desproporcionadamente merced a la silicona. Dijo Schelling, quizá por su idealismo romántico, que el secreto de la belleza está en que lo infinito desciende a encarnarse visiblemente en lo finito y en que lo finito se torna símbolo de lo infinito. Tal vez en ello resida la aparente majadería artística de los diseñadores de moda, tan dados a la camisa negra y a las poses indolentes. Que lo infinito, tan sutil e inaprehensible, se reencarna en el cuerpo de una joven subyugada por la promesa de la fama y su cuerpo famélico se convierte en símbolo de la infinitud. Pura transparencia. Ha sido la semana de la moda en París.
Para nosotros, peatones de acera, la hermosura femenina reside en la descripción de la mujer que ya hizo el de Hita. Cuerpo esbelto, brazos torneados, culo mollar, pechos promisorios, labios gordezuelos.
EL CORAZÓN
JUAN GARODRI
(3-10-2009)

Aunque parezca mentira, hubo un tiempo en que el eminente profesor universitario Félix Duque, catedrático de Filosofía en la universidad Autónoma de Madrid, trabajó en el Instituto de Coria como profesor de filosofía. Me relacioné con él amistosamente. Félix Duque fue quien puso el nombre “Medina Cauria” al Instituto cauriense. Por aquel entonces investigaba en Alemania para su tesis doctoral «Experiencia y sistema. Una investigación sobre el "Opus postumum" de Kant». Duque estudiaba los escritos del gran filósofo alemán y me contaba algunas anécdotas curiosas, por ejemplo: las abundantes manchas de vino que aparecían en las páginas autógrafas del filósofo. (De lo cual, concluía yo, y Duque se reía, que Kant se achispaba para aguzar el lápiz de su filosofía crítica). Recuerdo que yo, con cierta suficiencia imbécil que Duque aceptaba con educada resignación, le dije una tarde que fuimos a un higueral a por higos que Kant había dado una solución negativa al problema de la esencia de la religión, y Félix Duque me respondió, como quien responde a un niño, que no, que Kant se vio obligado a eliminar la ciencia para levantar la fe. Me quedé algo turulato. Pero no he olvidado la frase.
Es decir (esto ya es cosa mía), que postergaba el conocimiento para dar cabida al sentimiento. Reducía la razón para dar impulso al corazón. (Eso me pareció entonces).
Me vienen a la memoria estos recuerdos porque resulta que ahora ya no tengo corazón. Eso me han dicho los pedigüeños que llenan la avenida principal de Coria, las entradas de Mercadona, los accesos de Día y otros supermercados, las puertas de las iglesias y los cajeros de los bancos. Es agobiante. Los pedigüeños no parecen pordioseros. Son jóvenes y robustos. No se caen de un sombrerazo. Ayer uno de ellos me pidió un euro. Le dije que le compraba medio pan (0,90) si necesitaba comer. Comida no, me dijo en su castellano chapurreado, dinero sí. La frutera del barrio me comentó que le ofreció fruta a una mujer que entró a pedirle ‘algo’. La mujer le respondió que fruta no, que la fruta no le gusta a sus hijos.
¿Qué tiene que ver todo esto con el título del artículo? La respuesta del indigente que me pidió el euro. Ante mi negativa, dijo: no tienes corazón. Y alargó la mano a otro transeúnte. ¿Sentimiento o inteligencia?
MANDA NARICES
JUAN GARODRI.
(26-9-2009)

Con este mismo título he recibido un correo electrónico con la fotografía adjunta de un cartel, patrocinado por algunas instituciones públicas, en el que puede leerse lo siguiente: «Soy puta, soy negro, soy marica, soy moro, soy sudaca, soy mujer. El diferente eres tú, imbécil».
Cada atribución escrita en letras capitales, cada atribución colocada la una debajo de la otra, en tinta negra, excepto la última, la que somos tú y yo, escrita en tinta roja: «Imbécil». El letrero, bien enmarcado, acristalado y colocado en plaza pública aparece en las calles de Gijón.
Juro ante el altar de Hércules que no ataco a las putas, que no persigo a los negros, que no acoso a los maricas, que no huyo de los moros, que no menosprecio a los sudacas y que no desprecio a las mujeres. Juro así mismo que, si pudiera, le untaría la mente con excrementos, al bien pensante político de Gijón que ha autorizado la exposición pública de semejante tergiversación léxica, como menos. Porque la mala leche enumerativa del tipo (o tipa, que ahora proliferan por las covachuelas oficiales émulas de bibianas y pajines dispuestas a lo que sea con tal de mostrar el morro), así que la mala leche enumerativa del tipo del letrero pretende significar que millones de hombres (españoles) somos imbéciles porque no tenemos pinta de puta ni de negro ni de marica ni de sudaca ni de mujer.
Llevar las cosas a esos extremos de división antropológica y social es excesivo. Cada alma tiene su almario y constituye una estupidez actitudinal despreciar por imbéciles a quienes no comulgan con las ruedas de molino de los molineros de turno. Uno puede ser antimarica (es la palabra del letrero), llegado el caso, y no ser imbécil. No necesariamente son imbéciles todos los “anti” que pueblan los carrefoures y mercadonas. Quienes a su vez, por la misma lógica, podrían llamar imbéciles a putas, negros, maricas, moros, sudacas y mujeres.
Otra interpretación. Puede que el letrero posea una intención benefactora latente, de forma que pretenda acusar a muchos de misoginia, de homofobia o de xenofobia, y esa pretensión la exponga con la dureza del cartel. Con lo cual todos aquellos que no sean misóginos ni homófobos ni xenófobos no tendrían que darse por aludidos ante el palabro que los denomina como cualitativamente imbéciles. O sea, que el letrero va dirigido solo a los imbéciles.



OTRA DE EDUCACIÓN
JUAN GARODRI
(19-9-2009)


Entre las primicias de la literatura didascálica griega se encuentran las fábulas de Esopo. Y ahí está la del lobo, ya sabe usted.
Así ha ocurrido con la educación en los centros docentes. Desde que Rubalcaba, Marchesi y Maravall entregaron el poder educativo a los uncidos al yugo institucional y se cargaron la ‘enseñanza’ con la idea de la ‘educación’ a partir de los conocimientos previos, el lobo ha despanzurrado poco a poco las ovejas y nadie le ha hecho caso. Ahora quieren ayudar al pastor, ahora, cuando el rebaño se encuentra desperdigado.
Los medios de comunicación comentan que los sindicatos de funcionarios docentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, el ministro de Educación y el mismísimo Rey pretenden solucionar la catástrofe. Ahora quieren investir al profesorado con la orla de “autoridad pública”. A buenas horas mangas verdes. Leo por ahí “que los casos de agresión a estos funcionarios docentes sean tipificados como delitos de atentado y se aplique a los agresores los artículos 550 y 551 del Código Penal, que contemplan penas de uno a tres años de cárcel”. Oiga, que está muy bien la medida, oiga, que son ya años tragando el marrón de la falta de respeto, el insulto y la agresión. Al trullo con ellos. Vale. Me atrevo, sin embargo, a decir, que la medida no es suficiente. Puede que con ello se solucione un caso puntual de agresión: manda al agresor a la cárcel. Pero un caso puntual (o dos, o cincuenta) no soluciona el problema. La cuestión no está sólo en sancionar a los agresores, sino en implicar a todas las instancias educativas para que no agredan.
Los comportamientos que hacen papilla el funcionamiento “interior” de un centro, eso es lo que hay que sancionar. Esa tolerancia idiota que impide expulsar de clase (porque el profesor que expulsa es ‘inepto’), que impide expulsar del centro (porque la directiva que expulsa no es apta para una educación progresista), esa tolerancia imbécil que concede al alumno el extraño derecho del desplante verbal, del desprecio, de la guasa, del acoso, esas minúsculas agresiones constantes que se pegan a cualquier ámbito como una melaza, eso es lo que se carga la educación. Los padres, la sociedad y la legislación (que no impone un ambiente de aprendizaje) son los culpables. No los profesores ni los maestros.



UNA DE PARACELSO
JUAN GARODRI
(12-9-2009)


Cuando el Boeing procedente de Cancún sobrevolaba México, ningún pasajero sospechó que volaba en las entrañas de la paloma. Nadie excepto José Mar Pereyra que perpetró un intento de secuestro por revelación divina, con tres cómplices supremos: el padre, el hijo y espíritu santo. (Utilizo la minúscula porque la payasada del secuestrador elimina de los nombres todo vestigio teológico).
En vez de llamarse Pereyra y dárselas de predicador o de pastor, algo así, debería haberse llamado Teofrasto Bombasto, nombre por otra parte muy apropiado a aquellas latitudes. Era el nombre de Paracelso. Siendo profesor en Basilea quemó las obras de Galeno y Avicena, fue acusado de ensalmador, vagabundeó por Alemania y murió en Salzburgo en plena juventud. La literatura de fabulación hizo florecer en el siglo XVIII y XIX la teoría de los espíritus elementales de Paracelso. Pereyra ha captado la personalidad revolucionaria de Paracelso con su afán de revelación divina y su conciencia de apostolado. Pereyra no ha transformado el plomo en oro pero ha transformado en secuestradores a las personas de la Santísima Trinidad. Lo cual es muchísimo más difícil que la trasformación de un mineral en otro mediante procedimientos alquimistas.
No deja de sorprender que en el siglo XXI haya tipos como Pereyra. Si el mal del mundo se fundamenta, según Camus, en el “silencio de Dios”, ahora va y se nos aparece un tipo que afirma que Dios se le ha revelado. Día 09 de septiembre de 2009, 9-9-9 dígitos que, puestos boca abajo aparecen como 666, una referencia bíblica al Anticristo. O sea, que el tipo quería salvar al mundo, poco menos. Oiga usted, coja el petate y corra cuando vea que la boquita del salvador de turno expele humo soteriológico.
No todos tratan a Paracelso como mago y charlatán. Ezra Pound y su “Paracelsus in excelsis”. Pound (a pesar de su filofascismo) lo considera más como filósofo y buscador de Dios que como alquimista.
¿Qué por qué comparo al Pereyra con Paracelso? No sé, se me ha ocurrido al leer la patochada de la sociedad del predicador mexicano con el Padre, el Hijo y Espíritu Santo. Que Dios se le aparezca a un embaucador y le diga que secuestre a un Boeing 737 para que le permitan entrevistarse con el presidente, me parece más difícil que convertir el plomo en oro.
UNA DE INGLÉS
JUAN GARODRI
(5-9-2009)


Lo normal era que un alumno o alumna terminase sus estudios de Instituto sin saber inglés. No creo que hayan variado mucho las cosas. O sea, que los alumnos terminan segundo de bachillerato sin saber inglés. Me refiero al inglés hablado. Gramática sí. De gramática inglesa puede que sepan un montón. Y hasta es posible que hayan aprendido de memoria los cerca de 154 verbos irregulares ingleses, esas formas verbales impronunciables pero pronunciadas con fonética spanglish. En Selectividad, los exámenes de lengua inglesa eran escritos. Consistían en la típica traducción directa, la no menos típica traducción inversa y en los acertijos de las frases que omitían deliberadamente los tiempos verbales para cazar a los vainas que desconocían la conjugación. El profesor o la profesora intentaba pronunciar en inglés las frases del manual, pero aquellos sonidos no se le quedaban a nadie en la cabeza. Imposible distinguir entre el 'burnt' de 'quemado' y el 'burst' de 'reventado', por ejemplo. Frases aisladas, sin contextualizar, carecían de sentido. Últimamente aparecían pequeñas historietas a lo largo de los libros de texto con cierta voluntad de argumento unitario. Pero ni por esas. Los alumnos, y las alumnas, españoles siempre han sido negados para los idiomas. Desastre lingüístico. Los lumbreras que gozaban de capacidad expresiva en inglés eran admirados por el grupo estudiantil. Los demás, la mayoría, a la cola. Retrasados (mentales) por no saber inglés. Los españoles eran incapaces de asomarse a la modernidad que otorga el conocimiento del inglés. A la cola. Y aunque en la cola siempre había otro (Portugal, Grecia), no ocurría lo mismo en los países europeos.
Así que los españoles han decidido asomarse a la modernidad. Y ya que no hablan inglés, adornan sus frases con 'una' palabra inglesa. Y ya está. La publicidad es la impulsora de esta modernización lingüística. Acaban de enviarme un correo electrónico con una larga lista de anglicismos actuales. Pura guasa. Modernidad pura. Algunos: Desde que las insignias se llaman pins, las comidas frías lunchs y el personal saca el tupper-ware en vez de la fiambrera este país no es el mismo, ahora es muchísimo más moderno. Ya no hay sentimientos sino feelings, las mujeres no usan medias sino panties, y los hombres no utilizan calzoncillos sino slips. Estos cambios de lenguaje han mejorado mucho nuestro aspecto.
Yo antes de leer la lista no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los cojones.
LA GRIPE A
JUAN GARODRI
(29-8-2009)


La Sanidad anda alarmada con la gripe A. No le falta razón. Durante estos últimos días se ha publicado la noticia de la muerte de varias personas en España a causa de ella. El problema, a mi modo de ver, además de sanitario, puede convertirse en un problema social de alcance insospechado. Si las cosas siguen así, nadie va a poder relacionarse con familiares y amigos, nadie podrá mostrar cariño a los seres queridos y la mayoría huirá de los afectados como en la antigüedad se huía de los leprosos.
Para evitar el contagio de la gripe A se recomienda no estornudar. Algo de difícil consecución. Porque a ver quién es el guapo que puede impedir voluntariamente el cosquilleo que precede al estornudo y el estornudo mismo. El aatchíiis salpicón es imprevisible e ingobernable. Sugiero que el sujeto propenso al estornudo lleve un letrerito en la solapa en el que indique la posibilidad de aspersión contagiosa. No se acerque, contagio.
También se recomienda no besar. A ver quién impide en las iglesias, por ejemplo, el besuqueo. Bueno, es que en el momento de poner en práctica el rito de la Paz, se destruye la liturgia fraterna si no hay besitos, muá, muá, entre los asistentes. O vigorosos estrechamientos de mano que, dicho sea de paso, también son contagiosos.
Dígame usted cómo va a vivir el personal si no puede viajar en autobús, ni en tren, ni en metro, ni en avión, ni en nada, porque en todas partes hay agarraderos que han soportado el peso de millones de manos. Millones de posibilidades de contagio. Los arriesgados entrarán al bar a tomar su cervecita porque el hecho de empujar la puerta supone que ya la han empujado miles de clientes tal vez afectados por el virus pandémico. Allí verá usted al gentío bebiendo a gollete porque los vasos tal vez no estén debidamente desinfectados. Las mascarillas se pondrán de moda. Y así como el gentío de otros tiempos usaba gorra para evitar el frío o el calor, así ahora los viandantes llevarán mascarilla para evitar la salpicadura nasal de los de enfrente.
Adiós a las aguas tranquilas del Mediterráneo. He renunciado al crucero que iba a hacer en septiembre. No soporto que un escáner de rayos infrarrojos, instalado en la pasarela, compruebe mi temperatura corporal. Por lo de la gripe A.



LA TDT Y EL PELO
JUAN GARODRI
(22-8-2009)

Los documentales de la TV2 están llenos de leones, de monos y de cebras que facilitan al gentío la digestión de la sandía y ayudan al sopor modorro de la siesta. Hay veces, también, que proyectan la vida y costumbres de colonias de buitres, leonados (gyps fulvus) y sin leonar, que se abaten sobre animales muertos para darse el hartazgo de carne muerta, que es lo suyo. Estos rapaces sobrevuelan a cientos la carroña, se abaten sobre ella, se la disputan ferozmente. Es la lucha por la vida. El que vence, come.
Los diarios de estos días le dan vueltas a la TDT de pago. Parece que ha sido un 'decretazo' tipo dictadura la norma legal que la ha posibilitado. Porque, según cuentan, se van al garete cerca de 17 millones de descodificadores que los españoles (los habitantes de España) habían adquirido para conectarse a la televisión digital. No sólo descodificadores externos. También los televisores de pantalla plana, con TDT incorporada, quedarán inservibles para la visión de la TDT de pago.
La suspicacia (que está generando una mala leche no sólo mediática sino también política y sin duda jurídica) viene de que justo al día siguiente de la publicación del decreto-ley que pone en marcha la TDT de pago, va Mediapro y anuncia la creación de “GOL-TV”. De pago. La patada en el culo a Prisa y Sogecable ha sido de las que tiran un penalti, con carrerilla y bufido. Porque la operación mediática del Gobierno supone beneficiar a Mediapro en perjuicio de Prisa.
Con su pan se lo coman. Como los buitres. Yo, desde luego, no pienso adquirir descodificador para la TDT de pago. Acepto la desgracia horrenda que va a cernirse sobre mí, sin solución. ¿Qué voy a hacer, desdichado, si no veo fútbol a diario? La liga inglesa, la francesa, la alemana, la italiana y hasta puede que la portuguesa y las ligas del Este. Los golazos, las lesiones, las entrevistas, la sabiduría de los periodistas futboleros, los kilos de los contratos. Voy a convertirme en una birria personal y en un despojo social por no contar con 'pay per view'. No solo de fútbol vive el hombre. Los buitres sí viven de carroña.
Lo lamentable es la gigantesca tomadura de pelo con que los mandamases quieren dejarme el cráneo rasurado, como a un Sansón afutbolístico.

ENFERMEDAD SOCIAL
JUAN GARODRI
(15-8-2009)


No tengas miedo. España se salva. Jueves turísticos, ferias medievales, conciertos musicaleros, festivales de teatro y festejos taurinos salvan a España. Las entidades menores, por no decir pequeñas, o mínimas, también los organizan. España entera bulle. Si bulle, va saliendo de la enfermedad.
Sin embargo, parece que España está enferma, no sé si enferma de traslado al hospital de la globalización o enferma imaginaria, con la maldad viperina de la esposa de Argón a quien le conviene que su esposo enferme y muera para poder heredarlo, según la guasa escénica de Molière (Rajoy vs Zapatero, por actualizar la cosa).
Pero sí, algo enferma está España. Quizá patinan mis neuronas y ocasionan que imagine a España desde la pura comedia. Devenida en tragedia, si bien se mira... Desde los abusos sexuales cometidos por/contra menores de edad, hasta la violencia de género; desde los parricidios hasta los asesinatos casi diarios; desde los incendios hasta los suicidios, una ola mayor que la de los 20 millones de la Once se extiende por España. Ocurren diariamente hechos trágicos que para sí los hubiera querido Sófocles para nutrir el parricidio, el incesto y la autoceguera de Edipo.
Los periódicos de cada día, como un pan nuestro duro e indigesto, ofrecen sin descanso hechos desastrosos, propios de una sociedad enferma. Las irrupciones violentas de la naturaleza no constituyen una enfermedad. Los actos violentos de los hombres sí diagnostican la enfermedad social. Es sobrecogedor (a mí me quedó conmocionado), por ejemplo, que una mujer asesine a su madre y a su propio hijo, de tres años. O que un hijo asesine a su madre y a su hermano bebé y prenda después fuego a la casa. ¿Qué mariposas negras aletearon en esos circuitos cerebrales empeñados en aniquilar la propia sangre?
Más enfermedad. Las aberrantes declaraciones de los mandamases, zarandeados por una deriva incontrolable, ahondan la fractura de los principales partidos políticos ocasionando la liberación de un virus antidemocrático funesto. Los trajes, los bolsos, las anchoas, los múltiples casos de corrupción, el aprovechamiento del cargo en beneficio propio, las acusaciones de inquisición siglo XXI, los espionajes, las escuchas ilegales, en fin, las injurias e infamias que unos a otros se atribuyen, golpean la credibilidad de la ciudadanía con el bate de béisbol del asco político. Es una enfermedad virulenta propagada para arrebatarse votos.
Conseguirán que en las próximas elecciones vaya a votar su padre.