miércoles, 30 de diciembre de 2009



PARA QUÉ VOTAR
JUAN GARODRI
(23-6-2007)


No sé si la prensa juega al despiste generalizado, pero ya se sabe lo que es la prensa en este País (nombrar a España no es políticamente correcto, es algo tan ridículo como nombrar al pecado, todo el sector progre considera ridículo lo del pecado, palabra en desuso propia de los tiempos franquistas, involución pura y dura lo del pecado, a pesar de que el Papa haya elaborado un decálogo con los mandamientos que deben respetar los automovilistas católicos, así como no realizar adelantamientos peligrosos considerados por la Iglesia como «una ocasión para el pecado», ya digo, el listo me dijo que era ridículo lo del pecado y no digamos si encima hay que ir rezando el rosario mientras se conduce, creo que me he perdido con lo del ridículo) así que ya se sabe qué es la prensa en este País, no hay más que ver las entradas de los periódicos de gran tirada, el pasado día 17, sin ir más lejos, leo en el teletexto de la TV1 los titulares de ABC: «el PP logra las alcaldías de 24 capitales, una más que el PSOE». Por el contrario, el Periódico (de Cataluña) dice: «Los socialistas logran 23 capitales de provincia, una menos que el PP». El País asegura que «el PSOE gobernará en 23 capitales de provincia tras ganarle 10 al PP», y el Mundo deja caer que «PSOE gobierna más capitales que el PP por primera vez desde 1991». Es evidente, o casi, que para conseguir esa gobernabilidad se tienen escasamente en cuenta los votos de los ciudadanos, porque ocurre que aparece la miserabilidad política: adquisición del mando sin mayoría, simplemente porque se “negocian” con partidillos o con partiduchos pactos para arrebatar el mando al más votado, lo que a pesar de ser legal no deja de ser irritante y enfadoso. Para qué votar, dicen los ciudadanos. El ejercicio democrático se convierte en un negocio, y algo debe de haber en el asunto del negocio porque los partidos (salvo los que han conseguido mayoría absoluta) andan que se la pelan “negociando” pactos de gobernabilidad. No se trata de respetar las mayorías votadas sino de sacar tajada provechosa para el partido. En 1.566 Consistorios se han firmado pactos los últimos días simplemente para arrebatar el poder al partido contrario. ¿Democracia?

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