jueves, 31 de diciembre de 2009

OPIO
JUAN GARODRI
(28-7-2007)

La libertad de expresión es un chollo con el que se sublima quien escribe, publica, filma, pinta o emite (radio, televisión) una parida, mayormente si la parida es iconoclasta. Hay pocas ideas comparables a la de la libertad de expresión. Se le cae la baba al personal cuando afirma que la libertad de expresión es la estructura patente de la democracia. Olvida el personal, sin embargo, el idealismo de la libertad. En la práctica no somos libres. Alguien puede sentirse libre pero en realidad no es libre. El dibujante y el redactor de “El jueves” probablemente se han sentido libres al publicar la famosa viñeta de los Príncipes, en la cosa de los 2.500 euros por hijo. Pero no han sido libres porque el juez Del Olmo les ha dado entre las orejas, actitud que manda a hacer gárgaras la libertad de expresión. El Gobierno puede sentirse democráticamente libre al imponer como asignatura obligatoria la Educación para la Ciudadanía, de forma parecida a como se sentía libre el glorioso Movimiento cuando aplicaba en el sistema educativo franquista la Formación del Espíritu Nacional (FEN), pero los obispos no son libres para colocar la Religión como asignatura en los centros docentes. Ideología por ideología. Tal vez la religión, como ideología, sea el opio del pueblo, un opio inodoro, incoloro e insípido, hoy día. Pero el laicismo, como ideología, es el actual opio del pueblo, un opio aromático, irisado y sabroso que promete la salvación ciudadana. En aras de la libertad. “Estatolatría”, lo llama Raúl del Pozo. Sorprendente. Ahora que avergüenza menos ondear la bandera del partido en una manifestación que portar el estandarte de la cofradía en una procesión, ahora, digo, que se aturde al personal con el pregón de las promesas democráticas, ahora se sustituye un opio por otro. Apenas quedan santos a los que venerar. Abundan sin embargo ídolos mediáticos (o políticos) a los que adorar. Y va la gente y se lo cree. Libertad de expresión. ¿Por qué la expresión de determinadas libertades constituye un opio infumable mientras que la expresión de libertades oficiales se acepta como opio fumable? Es mentira la validez de un opio y la inutilidad del otro. El opio siempre atonta.

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