jueves, 24 de diciembre de 2009

CALOR
JUAN GARODRI
(22-7-2006)

La gente se queja del calor. Las glándulas sudoríparas en plena ebullición. Malditas perlas finas que se deslizan por la espalda provocando la canaleta húmeda cuyo remanso fastidioso acaba en el elástico del calzoncillo. Calor. Es el verano. No sé para qué quiere la gente el verano. Medio año suspirando por las cálidas noches veraniegas, tan plenas de sensualidad y estrellas, para llegar a esto, a la diatriba cabreada y sudorosa, que ni andar puede uno, que echan fuego las paredes, que se derriten los sesos y penetra lenta y ardorosamente la tontuna, la diplopia y la jaqueca oftálmica.
El calor del verano es el calor de la guerra. Qué le pasa al mundo, qué le pasa a España. En España sólo hay buenos y malos, con los pies fríos y la cabeza caliente.
Varios millones de personas votaron PP, desdichados, conducidos ahora por Federico a la escisión y a la ruptura. “No pueden dejarnos en manos de Federico, no pueden dejar a España en manos de Federico -dicen los buenos, que no son los buenos, que son los malos para Federico y su Cope- ni en las de Rouco Varela y Cañizares, manos que nos van a llevar al huerto de los olivos”. Y en esta agonía de sudor y sangre veraniegos andamos (se utiliza la palabra ‘agonía’ en su propio sentido etimológico de lucha, tanto como en el bíblico), en esta agonía más cainita que unamuniana andamos, verano incluído, verano que calienta los sesos, y al parecer los derrite, y provoca la tontuna.
Varios millones de personas votaron PSOE, desdichados, conducidos ahora por Gabilondo y Cía, abocados a la unión y a la interterritoriedad. “No pueden dejarnos en manos de Patxi López –dicen los buenos, que no son los buenos, que son los malos para Gabilondo y la Ser- el tipo que maneja el PSE y que trata mejor a Batasuna que a María San Gil”.
Así que los buenos, que no son los buenos, ya saben, aseguran que la LOE es una mala ley porque roza la inconstitucionalidad con el comecoco que será la Educación para la Ciudadanía. Y los otros buenos, que tampoco son los buenos, qué va, aseguran que estamos en manos clericoides y que nos va a ir como hace setenta años, achicharrados ideológicamente por todo cuanto nos recuerda la memoria histórica.
Cosas del calor del verano, que derrite la sesera. Y la ensucia.

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