jueves, 31 de diciembre de 2009

DEL GLOBO Y LA VERGÜENZA
JUAN GARODRI
(25-8-2007)

A veces se me cae la cara de vergüenza, forma popular de expresar lo que el gentío siente cuando se le desinfla el ego social. El ego social es el globo de nuestra ciudadanía. Multitud de noticias inciden en la incisión del globo. No es que mi ego social sea un globo fácilmente hinchable pero, vamos, con lo de la solidaridad, la ecología, el cambio climático y la protocrisis liguera del Real Madrid (‘proto’ en el sentido de inicial, que ya se encargará la ‘mediaticidad’ de sobredimensionarla o capitidisminuirla según interese), decía que mi globo social no se hincha fácilmente pero sí, se hincha. Bien, cuando está hinchado vienen los pinchaglobos y ¡pliiiffff! lo desinflan. Y entonces se me cae la cara de vergüenza (ajena). Por ejemplo, Bush no se corta un pelo cuando afirma que «va a instalar sensores en los aeropuertos para “leer” la mente de los pasajeros». No contento el Bush con la instalación de rayos X ultrasensibles que permiten ver tanto la ropa interior de los viajeros/as (si la llevan) como entrever las partes vergonzosas de los chequeados, ahora sale con lo de los sensores para “leer” la mente, —PHI lo llaman—. Jo, tío, que estás en la cola de la T4, a la espera de que lean tu mente y te consume la ansiedad, porque ahí, tres cabezas delante de ti, va una tía de apetecible calidad epidérmica, con su camisita de tirantes y su trasero floreado de crujientes protuberancias glúteas y, a ver, nadie quiere que le “lean” la mente en esos segundos de transfugismo sexual que acosan indefectiblemente a cualquier hetero, por mucho que mire a la izquierda para disimular.
También el Sarkozy nos avergüenza con el pinchazo del globo social. Va el tío y, aparte de permitir que le retoquen los michelines, propone la castración química de los delincuentes sexuales, forma muy fina de proponer que se les cape, que es como en mi pueblo llaman a dejar inútiles los órganos genitales de los machos para perpetuar su despendolación. Noticia telebeocia que me picha el globo: ¿Habrá recuperado el amor Gonzalo Miró?
Para redimirme, me retiro al monte, entre los pinos de la Sierra de Gata, a darme mi baño de soledad.

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