martes, 29 de diciembre de 2009

BABA DE CARACOL
JUAN GARODRI
(12-5-2007)


La política no es lo mismo para los filósofos que para los políticos, porque habitual y etimológicamente los políticos ignoran los fundamentos conceptuales de la Política. Ahora que se aproximan las elecciones (ya andan todos moviendo el culo, qué bárbaro, en las principales poblaciones se montan actos para que el candidato a la alcaldía, bien arropado por el candidato a la presidencia de la Junta, arropados a su vez por alcaldes y concejales de poblaciones menores y limítrofes, pueda soltar sus perogrulladas promisorias, porque a ver de qué van a perorar si no, a no ser que utilicen el rollo de plasta bovina para descalificar al candidato del partido adversario, tarea en la que malgastan muchos minutos de sus llamados mítines, en realidad vienen a ser murgas, peroratas, tabarras y cantilenas, la voz del tipo que tiene rayado el disco), ahora que se aproximan las elecciones, decía, los políticos debían leer algo de Política en vez de «hacer política», expresión desafortunada porque la política no se hace sino que se cumple y desarrolla en el bienestar social aplicado a los tiempos, la política está hecha hace siglos, los políticos debían leer algo del moderno derecho nacional e internacional, del holandés Hugo Grocio, por ejemplo, Huig de Groot para ser exactos, y el correctivo que aplica a las ideologías despotistas del renacimiento, o leer a Bellarmino y a Suárez para saber que el poder político es una propiedad (no en el sentido de posesión sino de cualidad) del Estado, sí, pero una propiedad que proviene del pueblo como comunidad constituida en origen y ‘sujeto’ constante de poder, no como efímera y circunstancial comunidad emisora de votos para ser olvidada después de las votaciones.
Probablemente esta despreocupación de los políticos por la Política ocasiona la fractura social que rompe en mil pedazos la convivencia ciudadana (las secreciones de un caracol estresado poseen propiedades regeneradoras y antioxidantes. ¿Y las de un político/a estresado?), preocupados exclusivamente del triunfo partidista, o indignados por no haberlo conseguido, tal como observamos estos días en la Francia democrática (según dicen) de la libertad, la igualdad y la fraternidad de boquilla, porque los 218 años transcurridos desde la Revolución Francesa descapacitan la memoria y capacitan el olvido histórico.

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