jueves, 31 de diciembre de 2009

LA CULPA ES DE LA CORBATA
JUAN GARODRI
(21-7-2007)

Quién iba a decir que un pedazo de tela anudado alrededor del cuello influiría, con el paso del tiempo, en el cambio climático. Quién iba a decirlo allá por 1679, fecha aproximada en que empezó a utilizarse el término en italiano, ‘crovatta’, por ser prenda ornamental propia de Croacia, utilizada por los soldados de caballería croatos. Es tan serio lo del cambio climático, tan preocupante, que indudablemente debemos tener en cuenta las causas que influyen en dicho cambio y no tomarlo a pelo de cojón de mico, como hacen los desavisados, que más les valiera prevenir un futuro incierto, desértico, epizoótico, apocalíptico, docimástico (¿respiraremos antes de morir?), anomalístico, armamentístico, huelguístico, paroxístico y estocástico (porque desconocemos el azar). Razón tienen ecologistas, movimientos verdes, grupos conservacionistas y todo ese abigarrado mundo de organizaciones políticas, sociales y globales que defienden la protección del medio ambiente. Así que caminé acera abajo y pregunté a conocidos y otros saludadores lo siguiente: ¿Podrías definirme en pocas palabras el concepto de “medio ambiente”? Pues nada, que me miraban como si padeciese esquizofrenia grado 5 y se alejaban de mí con disculpas escasamente medioambientales y cívicas. No obstante, alguno me dijo: “No me vengas con sonsonetes, tío, que bastante murga diaria tenemos con la ETA de Rajoy”. Otro me dijo que el medio ambiente es cosa más política que ecológica, y que ahí está el chapapote de Ibiza y nadie se ha molestado en organizar patrullas nacionales de voluntarios como se hizo en Galicia con lo del Prestige, que una cosa es predicar y otra dar trigo, manifas aparte. Siempre planchas con la derecha, le dije. Sí, respondió, porque la responsable socialista de Medio Ambiente llama a Rajoy “El Señor de los hilillos”. Pasmado me quedé. El medio ambiente, un sonsonete. No me extraña que para interesar a los ciudadanos hayan hecho pública la campaña de la corbata. A veces las menudencias consiguen una repercusión social mayor que las grandificencias. Tal vez por eso empiezan a exigir que no se utilice la corbata y se trabaje en mangas de camisa en las oficinas públicas, quizá también en las privadas. Menos aire acondicionado. Ahorro de energía. Beneficio para el cambio climático. (El chocolate del loro, ya saben).

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