sábado, 26 de diciembre de 2009

LO DE LA POBREZA
JUAN GARODRI
(2-12-2006)

Según la información del Instituto Nacional de Estadística, uno de cada cinco españoles es pobre y uno de cada tres extremeños sigue por debajo del umbral de pobreza relativa. Hay que entender, antes de nada, que esta pobreza afecta a las personas que no disfrutan del mismo nivel de bienestar que sus conciudadanos. De lo que se deduce (deduzco yo) que si el nivel de bienestar sigue subiendo (como parece que es y va a ser en un país como España, un país rico entre los ricos de la Unión Europea, un país con una tasa de crecimiento económico del 3’6 %, un país plagado de carrefoures y cortesingleses, un país atestado de automóviles, uno de cada cuatro españoles tiene coche, un país con sobreabundancia de bares, un bar por cada 11 españoles, un país con tanto fútbol y tanta playa y tanto turismo interior y tanta salida fin de semana y tanta cena prenavideña), si el nivel de bienestar sigue subiendo, decía, cada vez habrá más pobres relativos y menos ricos relativos. Porque el nivel de bienestar, a lo que se ve, consiste en satisfacer las exigencias de consumo, exigencias que clava en el subsconsciente colectivo (e individual) la publicidad con su puñalada trapera y deslumbrante. Y el ciudadano vive inquieto y aguijado porque no puede conseguir todo aquello que le ofrece, tan al alcance de la mano, la publicidad televisiva o las páginas coloreadas de los boletines publicitarios que diariamente encuentra en el buzón al volver del trabajo (si lo tiene). Es imposible llegar a fin de mes desahogadamente si se pretende adquirir todo cuanto se oferta y, si no se consigue, el personal se queda por debajo del nivel de bienestar, convertido en pobre relativo. Y me pregunto hamletianamente si serán o no pobres relativos los miles y miles de espectadores que semanalmente atiborran los campos de fútbol, los que embotellan las salidas y entradas de las ciudades, los que regularmente toman sus vinos y sus tapas, los que pagan (o no) las facturas del móvil, del gas, de la hipoteca, de los seguros, de la ropa de temporada…
Lo que no entiendo es que haya más chicos pobres que chicas, menores de 16 años. ¿Será que los pobres relativos tienen menos hijas?

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