lunes, 8 de junio de 2009

HABRÁ QUE MOJARSE
Publicado en HOY (sábado, 23-5-09)
JUAN GARODRI


Hay un aspecto de la realidad que baja turbio con sus vaivanes, sus demagogias, sus elocuencias y sus engaños. Una realidad que me desasosiega y me hunde en la confusión. Me refiero a la controvertida nueva ley del aborto.
Habrá que mojarse. Una de las equivocaciones políticas de la democracia consiste en el nombramiento de altos cargos sin que tengan ni repajolera idea del trabajo ministerial para el que son nombrados. Tienen que fiarse de consejeros, adlátares, secretarios, subsecretarios y mandamases de rango superior. No es de extrañar que la señora ministra de Igualdad, doña Bibiana Aído, que fue directora de la "Agencia andaluza para el desarrollo del Flamenco" (julio 2006-marzo 2008), desconozca, probablemente, el inconveniente ético, social y personal que plantea el aborto a los 16 años, aunque conozca, se supone, el alcance político de la nueva ley del aborto. Porque lo importante de esta cercana nueva ley es su rentabilidad política, no nos engañemos. Por otra parte, a uno se le vuelve la cabeza un leño (o la picha un lío, dicen los coloquialistas) cuando lee declaraciones de la ministra en las que afirma que si ella tuviera que abortar no abortaría, o declaraciones de don José Blanco en las que dice que él, como católico, no es partidario del aborto. Bibiana Aído y su ministerio de Igualdad. No puede haber igualdad absoluta. La igualdad, como los sinónimos, navega en una franja de relatividad que produce, curiosamente, desigualdad. Para que unos ganen otros tienen que perder. Necesariamente. A una adolescente se le supone madurez suficiente para poder abortar, y se le niega esa madurez para concederle el permiso de conducir. Hay algo que no encaja.
Así que el Gobierno prevé crear una nueva Ley del Aborto. Se trata de un asunto que no está exento de polémica. Según María José Borrego, miembro del Grupo Interdisciplinario de Bioética de la Universidad San Pablo-CEU, la iniciativa es una excusa para liberalizar totalmente el aborto (y hacer política llamada progresista, añado yo).
Menos mal que el Comité de Expertos que asesora a la ministra ha concluido que la solución más recomendable es combinar un sistema de plazos con otro de indicaciones: el aborto sería libre hasta las primeras 14 semanas, y se permitiría hasta las 22 en caso de riesgo para la vida o la salud de la madre. Fin.

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