viernes, 1 de enero de 2010

MILEURISTAS
JUAN GARODRI
(13-10-2007)


Nunca me han gustado los refranes, esos apotegmas de la fraseología popular elevados a la naturaleza conceptual de sabiduría, por mucho que Cervantes los colocara a ganchillo en los labios de Sancho. El refrán suponía, y supone, un intento para conseguir, mediante la palabra, la superación de lo real, fuese la frase apropiada o no a la situación y al contexto. Pongamos por caso el conocido «En agosto enfría el rostro». Generalmente, se aplica fuera de situación, porque la hiperbreve parábola que contiene podría cobrar sentido en un Pirineo aragonés agosteño y fresquito, pero carece de precisión construida por las opiniones individuales si se aplica en la Coria agosteña, soponcial y plúmbea.
Así y todo (después de haberme puesto chulo), voy a convertirme en parafraste y a aplicar a Extremadura el conocido refrán «A perro flaco todo se le vuelven pulgas», diciendo que a Extremadura flaca todo se le vuelven penurias. Ni con antiparasitarios sociales erradicamos la pulgosa condición de últimos de la cola en tantas cosas. Ahora somos los «mileuristas». Según la Agencia Tributaria, más del 70 % de la población asalariada extremeña tiene que conformarse con el sueldo de mil euros al mes, poco más o menos. Los más mileuristas de España. Ante mi sorpresa por la contundencia angustiosa del dato, el enterado de turno me aclaró que no es de extrañar, porque es en la Comunidad Extremeña donde las instituciones públicas emplean a más ciudadanos (y ciudadanas) y si el gentío vive del empleo público las grandes empresas privadas (que son las que apoquinan sueldos sustanciosos) no vienen a sentar sus reales en nuestra tierra. Nos conformaremos, pues, con que el SMI suba a los 800 euros mensuales, aunque sea en el 2012. Por si fuera poco, también la infección del mosquito le ha tocado a Extremadura. En los hospitales de Zafra y Llerena han retirado una partida de suero fisiológico porque encontraron un mosquito en un frasco. A la luz de esta noticia (que no tiene nada que ver con los mileuristas, cierto), no sé cómo hemos sobrevivido los mayores, que de niños comíamos con las manos sucias. En fin, a falta de pan buenas son tortas, aunque el refrán sea de mente básica.

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