domingo, 10 de enero de 2010

LECTURAS
JUAN GARODRI
(9-8-2008)

Mi vergüenza se clava en las neuronas como un puñal. Y me atrevo a preguntar, en consecuencia, a los capitostes y capitostas de la Consejería de Cultura o de Educación o de Lo Que Sea, qué no se hace o, fundamentalmente, qué no se ha hecho durante tantos años para que estemos en la cola. Pero en la cola cola. O sea que somos los últimos. Sacamos pecho, muy sacado, para defendernos de la atribución de pobres con la que nos ridiculizó el Suñé, o de la de malnacidos que nos colgó de la estirpe el Puig. Pero a ver cómo salimos de ésta. Es muy difícil salir de la cola. Y no vale el chiste tonto de aseverar que no estamos en la cola porque cuando nos situamos en ella ya hay otro.
Según recoge el barómetro «de hábitos de lectura y compra de libros 2007», el índice de lectura de los extremeños se sitúa en el último lugar de España con un 49,5 %, muy alejado de la media nacional. El barómetro que señala tales índices de lectura no está elaborado por ‘enemigos’ regionales para jodernos la manta de nuestros engreimientos, no. Está elaborado por Conecta para la Federación de Gremios de Editores de España, con el patrocinio de la Dirección General del Libro, Archivos y Biblioteca del Ministerio de Cultura.
No vale culpar a los centros docentes con la socorrida acusación de que no ‘saben’ inculcar hábitos lectores en los alumnos. Supongo que los profesores/as extremeños no están menos capacitados para ejercitar su tarea que los profesores de Asturias (con índice lector del 58,4%). Ni menos capacitados que los profesores madrileños (Madrid presenta el nivel más alto con un 65,7%). Tal vez el gentío extremeño busque su alimento cultural en los pasajes lacrimógenos de las telenovelas y no lea, o en las paridas televisivas del horario nocturno y lea menos. O entre al trapo del acoso mediático con la retransmisión persistente y cansina de las Olimpíadas del Pekín de siempre (ahora Beijin, ese sombrerazo léxico).
Sólo sé una cosa: me duele que los extremeños seamos los últimos de la cola cultural. Tanto o más que ser pobres.

No hay comentarios: