domingo, 10 de enero de 2010

DIESELIZACIÓN
JUAN GARODRI
(26-7-2008)

La he visto. Fue una sorpresa léxica, aunque uno ya está acostumbrado. La revista que edita la DGT, «Tráfico y Seguridad Vial», la coloca en uno de sus reportajes. Dieselización del mercado de turismos, dice. Oye, que no está mal la palabra. Por el análisis de las palabras se llega al conocimiento de las cosas, afirma san Isidoro. Aunque añade que la estética etimológica se apoya en axiomas de entre los que sobresale el principio del simbolismo. Y que el método etimológico tiene su complemento en el análisis de los ‘cuasisinónimos’. «Decor», «decus » y «decens » se emparentan con «decem», diez, número símbolo de la perfección.
Estas elucubraciones vienen al hilo de la dieselización, que también tiene sus cuasisinónimos simbólicos: desertización (los listos dicen ‘desertificación’), cotización (al alza), desaceleración (crisis económica) y especulación, que se emparentan con desesperación, palabra símbolo de destrucción.
El caso es que la venta de turismos se ha dieselizado. Si en 1991 se vendió el 13 % de vehículos diesel frente al 87 % de gasolina, en el año 2007 la venta fue del 71 % de vehículos diesel frente al 29 % de los de gasolina. Evidentemente, en años anteriores el precio del litro de gasolina era mayor porque se vendía mayor número de vehículos de gasolina. A medida que fueron equiparándose las ventas, comenzó la dieselización y, allá por el año 2000, las ventas de coches rondaban la igualdad. ¿Qué ha ocurrido desde entonces, amigo conductor? Fácil. El Gobierno, que tanto vela por los intereses de los ciudadanos, ‘no podía’ renunciar a los macroingresos que le genera la venta de combustible. Si la dieselización (dentro de la belleza simbólica de la palabra) produce una venta cada vez mayor de coches diesel, habría que subir el precio del litro de diesel. ¿O no?
Sólo quienes comen en los pesebres institucionales se creen lo de la crisis del petróleo. La semana pasada escuché en una emisora afín al Gobierno que las reservas petrolíferas son ahora tan abundantes o más que en 1982. No se agota. La especulación (cuasisinónimo de dieselización) petrolífera es lo que nos acogota. Y el 70 % de impuestos en cada litro.

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