viernes, 1 de enero de 2010

ESPABILADOS
JUAN GARODRI
(20-10-2007)

Para que exista la luz, tiene que aparecer la sombra. Para que haya bondad tiene que manifestarse la maldad. O el Bien y el Mal, como dijo Jakob Böhme (que fue un zapatero de Görlitz, en la Alta Silesia, y además un filósofo). Todo el mundo necesita en general de su contrario, para poder ser. Por eso para que exista el espabilado tiene que darse el pardillo. Este exordio procede de mi cabreo, porque en circunstancias de exasperación me viene el subidón filosófico.
Lo que más me molesta de la Ley de Memoria Histórica es su obligatoriedad. ¿Quién va a creerse que solo son ‘buenos’ los izquierdosos y republicanos y ‘malos’ y casposos los partidarios de la derechona? Dicha Ley se promulga para eliminar todo vestigio simbólico, onomástico, toponímico y escultórico del franquismo. Represión y asesinatos. De acuerdo. Memoria histórica. Pues hay quien se lo cree: el pardillo. Y dicen que es Miguel Ángel Barroso el espabilado que se ha sacado de la manga dicha ley. (Me importa un pito lo que pienses, lector, pero no soy de derechas).
Se habla de los espabilados con el menosprecio (y la envidia) de quien consigue sin esfuerzo y con cara dura lo que pretende, mientras el gentío no lo consigue ni con esfuerzo ni sin cara dura. El espabilado promulga la Ley de Memoria Histórica y el pardillo acepta su obligatoriedad como algo reivindicativo y glorioso, cuando debería no ser aceptada por tratarse de una norma impositiva, de ahí que su misma obligatoriedad huela a chamusquina rencorosa.
El espabilado asegura que dicha Ley es un ‘valor’ porque se utiliza para reivindicar la dignidad de personas humilladas. No digo que no. Pero se me ocurre reflexionar sobre el hecho con unas palabras de Max Scheler (aunque él las escribió para refutar a Nietzsche): «Los valores no se inventan ni se acuñan mediante una transmutación; son simplemente descubiertos, y lo mismo que las estrellas en el cielo también ellos van apareciendo, con el progreso de la cultura, en el ámbito visual del hombre. No son valores antiguos; no son valores nuevos. Son los valores».
Mientras tanto, esperaremos el fin del mundo para el año 2012, según Laurence E. Joseph. Y habrá pardillos que se lo crean.

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