sábado, 2 de enero de 2010

EJEMPLO
JUAN GARODRI
(8-12-2007)


Con frecuencia, los refranes suelen utilizarse con mala uva. Agria. Insípida. Sin la redondez que le proporciona el sol de poniente y la dulzura que le prestan las sales minerales del terreno. Y así toda la prensa ha comentado la noticia. Con la mala uva de un refrán ácido. El cazador cazado. El mejor escribiente echa un borrón. Y otros. La peculiaridad latente en un refrán ácido, pongamos por caso el que nos ocupa, o sea, «el cazador cazado», consiste en el regodeo que manifiesta su aserción. ¿Quién no se ha sentido íntimamente alborozado (un poquitín al menos, hombre) al enterarse de que el Director General de Tráfico, la ha cagado como un infractor empedernido?
Don Francisco de Quevedo escribió una obra satírico moral, “Los sueños”, publicada en 1627 en Zaragoza. La componen seis narraciones breves donde brilla la prosa barroca del autor. La caricatura con la que deforma grotescamente al gentío de su época es extraordinaria. Una de ellas se titula “El alguacil alguacilado” . Un diablo, metido en el cuerpo de un alguacil, cuenta que en el infierno no se ven más que poetas, mercaderes y ministros. ¿Qué diablo se metió en el cuerpo de Père Navarro para empujar a la máxima autoridad de la DGT a infringir la ley por él mismo dictada? Porque el ilustrísimo señor no sólo circulaba a 30 kilómetros por encima del límite permitido, sino que además adelantó por la derecha en una autovía y, también, no empleó los intermitentes para indicar el cambio de carril. Conducción temeraria. Y el alcalde de Madrid. Lo han cazado circulando al doble de la velocidad permitida. Y las penas de cárcel ¿qué? ¿Sólo son aplicables a los pardillos que conducimos con la alegría del fin de semana o del puente? Quizá sea costumbre generalizada entre políticos ‘gordos’. Porque hace tantos años, cuando Txiqui Benegas el mofletudo fue cazado llamando ‘Dios’ a Felipe González, circulaba el tío a más de 180 kh cerca de Sevilla.
Lo carcajeante para la ciudadanía consiste en que Père Navarro aparece en TV, brazos cruzados, semblante jesuítico justiciero, apariencia humildemente franciscana, predicando los gravísimos peligros de la carretera, enfatizando la pérdida del carné por puntos y justificando la pena de cárcel por conducción temeraria .

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