viernes, 15 de enero de 2010

EL AGRAVIO Y TAL
Juan Garodri
(25-10-2008)

Andan las aguas revueltas. El torbellino de la información política elude los remansos y conforma torrenteras de descrédito. Los españoles recorremos el camino pedigüeño de los pordioseros de Pérez Galdós. Así anda Zapatero, poniendo la mano para que le caigan las monedas del G-20.
Como español, me siento agraviado. El agravio es una putada conceptual que patea el alma, que la rasga con el raaassssh con se rasga una tela preciosa. Es horrible el dolor de las personas ante el agravio, esa imposición exterior de la humildad que las obliga a reconocerse como una mierda cuando antes se pensaban como la joya de la corona. Quieren destruirnos. Es la ética de la destrucción de los valores en el sentido de Scheler, aunque los valores no se destruyen, dice Hartmann, porque tienen un “en sí”, es decir, son independientes de la actividad que tome frente a ellos el sujeto. Me sentía importante (chunda, chunda, tachunda). Y ahora me he dado de bruces en el suelo de la importancia. Si agravian al Presidente de España, yo me siento agraviado. Éramos un país ostentosamente rico, los italianos andaban celosos de nosotros, y cabreados, porque los habíamos adelantado en renta per cápita y a Berluscani le daba por donde ya saben que les echásemos la ‘pata alante’. Sarkozy, con su sonrisa amuecada y su Bruna, sospechaba que íbamos a adelantarle, y no tragaba. Solución: excluir a Zapatero. «Los líderes del G-8 excluyen a Zapatero de la cumbre en que se refundará el capitalismo».
Acaba de decir Rajoy (cruel y pérfido, sólo quiere descabezar a Zapatero con mentiras y felonías) que los españoles debemos al resto del mundo 1’6 billones de euros. De ahí el alcance de la desconfianza internacional respecto a España. Pobre Zapatero. Demacrado y algo convulso, implora su comparecencia en la Cumbre. Para qué, señor Presidente. Una Cumbre para refundar el capitalismo es una cumbre decimonónica. El progresismo socialista prefiere el bien de los ciudadanos, no el beneficio del capitalismo. Y encima los tiros le vienen desde dentro. Rosa Díez afirma que no es Bush o Sarkozy quien excluye a España sino ZP. O sea, que España es un país prescindible. Me duele y me siento agraviado. De poco ha valido ganar la copa de Europa. Somos un país rico, nos dicen. Pues ya ves. C’est dommage, Sarkozy. What a pity!

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