viernes, 15 de enero de 2010

EL PORTÁTIL
JUAN GARODRI
(8-11-2008)

Ya escribí hace tiempo sobre este asunto, y ya ha llovido desde entonces (HOY, 5-10-03, Tribuna Extremeña, “Lo de los ordenadores”), pero ya ves, lector, no escarmiento. Otra vez me arriesgo. Y digo escarmentar porque no fue floja la reprimenda que aguanté por parte de algún mandamás político. Era una ‘desconsideración educativa’ que alguien, sin duda desconocedor del tema (se refería a mí), se atreviese a opinar contra la distribución y aposentamiento (yo lo llamaba “atiborramiento”) de ordenadores en las aulas. Qué despropósito, un ordenador por cada dos alumnos, decía yo, mísero de mí.
Ha resultado evidente, sin embargo, después de cinco años, la escasa rentabilidad didáctica de la abundancia informática, porque los alumnos no se han formado ni más ni mejor. (Sugiero a los uncidos al yugo institucional, seguidores fervientes del uso de la tecnología a lo bestia, que se lean los informes PISA recientes).
Pues nada, amigo, los cráneos privilegiadamente políticos que rigen nuestro deslumbrante destino educacional (la camisa nueva de Franco y los luceros y tal también nos deslumbraban cara al sol) toman ahora la decisión de las recetas de la abuela: ni no quieres caldo, dos tazas. Y van los tíos/tías y sacan pecho y se pavonean política, económica y regionalmente y piensan que para tenerlos así de gordos, los extremeños. Así que, venga, ordenadores a repañinas. No dos por cada alumno. Uno para cada alumno. Y portátil además, que es más caro, cómodo y manejable. Se van a enterar los catalanes, que atacaron nuestra pobreza y nuestra ‘nacencia’. (Lluís Suñé, para quien éramos pobres. Joan Puig, para quien éramos malnacidos).
Ruego a los altos mandos (no me atrevo a decir mandas) que se guarecen en los despachos oficiales y han ideado tal dispendio megalómano informático educativo que lo piensen mejor. Porque parece que les han entrado las prisas. Vamos, vamos, un portátil para cada alumno. Otras Autonomías advertirán así que nosotros no nos andamos por las ramas. Medida tecnológica. Medida ‘formacional’. Medida educativa. ¿Educativa? Puede que no. La educación se trasmite por medio de valores. La tecnología por medio del aprendizaje. Mientras la adquisición de valores conforma la realidad de la persona haciéndola más y más libre, el aprendizaje de la tecnología hace que la persona sea más práctica, pero quizá menos persona. Educar no es manipular, en el mejor sentido. A mi modo de ver.

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