domingo, 3 de enero de 2010

COLOR MORADO
JUAN GARODRI
(23-2-2008)

No hay color que mejor luzca en el tiempo de Cuaresma que el morado. ¿Cuaresma? Como que no suena, oye. Huele a franquismo. Cosas de la fe de los antepasados. Algo así como una religión del sentimiento. Friedrich Schleiermacher dejó escrito que la fe es algo único, elemental e irresoluble, es un puro sentimiento, el sentimiento de absoluta dependencia respecto del todo. Kant también anduvo metido en fregados religiosos, así que elaboró su particular ideario filosófico sobre la fe, aunque a base de soluciones negativas, como su conocido «me vi obligado a eliminar la ciencia para levantar la fe», lo cual que dio cuerda al agnosticismo extensible a todo conocimiento religioso.
La cuaresma está en horas bajas, por más que Gallardón dijera hace poco que ha triunfado doña Cuaresma, la del gesto agrio y estricto. El color morado con el que se decoraban los altares de las iglesias ha pasado a mejor vida. La cosa no es de ahora, lo cual que los tiempos actuales no son peores. Los antiguos también cocían habas. Debates de don Carnal y doña Cuaresma en los que se desinhibe el Arcipreste de Hita, debates que ya quisieran para sí Zapatero y Rajoy. (Aclaro: la obra de Juan Ruiz se titula «Libro de Buen Amor», sin ele. De nada). Invito al personal a leer los cronicones de la prensa de finales del siglo XIX. Los jolgorios con motivo de las Carnestolendas, por ejemplo, dejaban mancos a los carnavales de hoy. Y todo de color morado.
El morado actual no es de color litúrgico. Es de color económico. Billetes de 500 euros. ¿Ha visto alguien un billete de 500 euros? ¿No? Pues infórmate, inocente. En España circulan 114 millones de estos billetes morados. La tercera parte de todos los billetes morados de la eurozona. En lugar de cubrir los altares de las iglesias con paños morados se encubre la corrupción inmobiliaria (y otras) con billetes morados. Y dicen que es dinero negro.

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