jueves, 25 de febrero de 2010

DISCRIMINACIÓN
JUAN GARODRI
(24-2-2010)

Vuelven a girar las ruedas del molino social. Otra vez andan los telediarios con la molienda de que las mujeres perciben salarios inferiores a los de los hombres. Cierto. Pero no es razonable que se generalice. Porque no “todas” las mujeres «ganan menos» que los hombres. El sindicalista me dice que estoy equivocado. La mujer trabajadora gana menos. Hay aquí una especie de tautología porque se discrimina a la mujer dentro de la discriminación de la mujer. Esta discriminación de la mujer en el ámbito laboral se lleva a cabo en toda España. Vamos, me parece a mí. Profesoras, juezas, magistradas, catedráticas, secretarias de administración, médicas, enfermeras, auxiliares de clínica, asistentas sociales, administrativas, y muchas más, perciben una ‘paga’ idéntica a la de los hombres. ¿Por qué todas estas mujeres no son consideradas como trabajadoras? ¿Acaso no trabajan?
Según crónicas italianas, Marino Salieri fue elegido dux a los ochenta años, en 1354. Ya es raro que en el siglo XIV alguien permaneciese en activo a esa edad. En fin, en este país, ahora mismo, en el año 2010, sería impensable la permanencia ‘en activo’ de un octogenario. En este sentido, hay una discriminación laboral que me duele particularmente. Discriminación por razón de edad. Se cuecen habas en toda la eurozona. En Europa, por ejemplo, el 42 % de los mayores de 50 años no encuentran trabajo, o son presionados para que dejen de trabajar. En España aumenta el porcentaje. El 61 % de varones españoles que rozan la cincuentena no encuentra trabajo, o los despiden. En algunos países europeos (Reino Unido, Alemania) no se admite la discriminación por razón de edad, y quien se considera perjudicado acude a los tribunales de justicia. En Estados Unidos, algunas sentencias condenatorias de esta clase de discriminación obligan a la empresa a indemnizaciones elevadas. ¿Quién acude en España a los tribunales si se siente discriminado por razón de edad?
Otro tipo de discriminación inadmisible es la dedocracia. (No me refiero al dedo de Aznar en la universidad de Oviedo. Que, según como se mire, también es una discriminación la que han ejercitado sobre él los medios y los portavoces gubernamentales, disculpando a los que lo insultaron verbalmente e inculpándolo por insultar mímicamente). Dedocracia. La práctica, tan extendida entre nuestros prohombres, de nombrar personas a dedo para cargos relevantes, abusando de autoridad. Discriminación con los mejor preparados.

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