domingo, 21 de febrero de 2010

LA GRIPE A
JUAN GARODRI
(29-8-2009)


La Sanidad anda alarmada con la gripe A. No le falta razón. Durante estos últimos días se ha publicado la noticia de la muerte de varias personas en España a causa de ella. El problema, a mi modo de ver, además de sanitario, puede convertirse en un problema social de alcance insospechado. Si las cosas siguen así, nadie va a poder relacionarse con familiares y amigos, nadie podrá mostrar cariño a los seres queridos y la mayoría huirá de los afectados como en la antigüedad se huía de los leprosos.
Para evitar el contagio de la gripe A se recomienda no estornudar. Algo de difícil consecución. Porque a ver quién es el guapo que puede impedir voluntariamente el cosquilleo que precede al estornudo y el estornudo mismo. El aatchíiis salpicón es imprevisible e ingobernable. Sugiero que el sujeto propenso al estornudo lleve un letrerito en la solapa en el que indique la posibilidad de aspersión contagiosa. No se acerque, contagio.
También se recomienda no besar. A ver quién impide en las iglesias, por ejemplo, el besuqueo. Bueno, es que en el momento de poner en práctica el rito de la Paz, se destruye la liturgia fraterna si no hay besitos, muá, muá, entre los asistentes. O vigorosos estrechamientos de mano que, dicho sea de paso, también son contagiosos.
Dígame usted cómo va a vivir el personal si no puede viajar en autobús, ni en tren, ni en metro, ni en avión, ni en nada, porque en todas partes hay agarraderos que han soportado el peso de millones de manos. Millones de posibilidades de contagio. Los arriesgados entrarán al bar a tomar su cervecita porque el hecho de empujar la puerta supone que ya la han empujado miles de clientes tal vez afectados por el virus pandémico. Allí verá usted al gentío bebiendo a gollete porque los vasos tal vez no estén debidamente desinfectados. Las mascarillas se pondrán de moda. Y así como el gentío de otros tiempos usaba gorra para evitar el frío o el calor, así ahora los viandantes llevarán mascarilla para evitar la salpicadura nasal de los de enfrente.
Adiós a las aguas tranquilas del Mediterráneo. He renunciado al crucero que iba a hacer en septiembre. No soporto que un escáner de rayos infrarrojos, instalado en la pasarela, compruebe mi temperatura corporal. Por lo de la gripe A.




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