domingo, 21 de febrero de 2010

PALABRAS
JUAN GARODRI
(24-10-2009)

Hay palabras que definen a una especie, sin que quien las pronuncia piense si es más adecuada la utilización del masculino o del femenino. Liebre, perdiz, trucha, miembro. Nuestros políticos tan listos (o tan olvidados de sus estudios, si es que los tuvieron, que en todas partes cuecen habas, comprenda usted, tampoco es que sea necesario para el ejercicio de la política tener colgado en el salón el título universitario, hay políticos con su licenciatura y todo y hay políticos modorros con, si acaso, el graduado escolar, conseguido tras ímprobos esfuerzos de incultura y pasotismo, pero ya ve usted llegan a mayores y se hacen concejales, y disponen de coche oficial para sus desplazamientos oficiales o para la colocación de la primera piedra. Lo de llegar a concejales, o a altos cargos responsables, es consecuencia de la afiliación y las listas cerradas, ya se sabe, a mayor cabezazo aquiescente mayor altura en la colocación de la lista, y así salen a veces alcaldes o diputados o diputadas que a causa de su analfabetismo funcional ejercitan de forma facticia el cargo suprimiendo con frecuencia el prefijo di-, dando en consecuencia al ciudadano por donde suena la trompeta o, lo que parece peor, blanqueando el dinerito de las comisiones ilegales, actividad que resulta tan provechosa en esta España nuestra atiborrada de ediles y edilas imputados por prevaricación y jeta ancha, tal como puede usted leer casi a diario en cualquier periódico de cualquier región de este país, hecho para el fraude y el engaño, como dijo Blanco White, que se fue de España y hasta escribió su autobiografía en inglés), nuestros políticos tan listos, decía hace un rato, desconocen esas palabras que definen a una especie, como dije, y en un afán sin duda laudatorio de modernidad y progresía sueltan lo de miembro y miembra en medio de una valoración léxica masculino-femenina que excede los límites de la cultura elemental, porque también podría utilizarse el femenino en expresiones populares, y no se utiliza. Por ejemplo, se dice del Kun Agüero que corretea por el campo como pollo sin cabeza, pero no se dice que va de un lado a otro como polla sin cabeza, a la búsqueda del cuero, que también podría decirse, porque tanto los pollos como las pollas corretean sin cabeza si persiguen la desorientación. Así que las palabras son burbujas de humo.

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