domingo, 21 de febrero de 2010

METÁFORAS
JUAN GARODRI
(31-10-2009)


No es posible que hayamos quedado reducidos a eso. Es una exageración cutre de un presentador cutre en programa televisivo cutre. Mientras la mierda siga flotando, España no se hunde, dijo. Como metáfora, el elemento comparativo que mantiene la identificación es la mierda. Si la mierda flota, España también flota. Bien porque España se haya convertido en mierda, bien porque España flote en un charco en el que predomina la mierda. La mierda como atributo de la corrupción. La analogía es tan denigratoria para España que uno se queda pasmado. La corrupción urbanística se ha apoderado de España. Es una metonimia abyecta en la que se toma la parte por el todo. Evidente. Una parte de España está corrompida. Toda España no está corrompida. Las metáforas tienen eso, una parte irreal que el hablante convierte en real gracias a un proceso de transmigración léxica merced al cual se atribuye al segundo término de la comparación la identidad del primer término. No es justo. Toda metáfora es injusta aunque a veces sea embellecedora. Unos dientes no son perlas por mucho que se esfuerce en ello quien elabora el concepto metafórico. España no es mierda por mucho que se esfuerce en ello el presentador cutre que atribuye las cualidades negativas de la mierda al sector enmerdecido. La corrupción urbanística ha extendido su pestilencia a los Ayuntamientos, y los ediles se han untado. En Plasenzuela, en Torremocha y en Santa Coloma de Gramanet. La corrupción política pretende apoderarse de sectores que le sean rentables, bien en pasta gansa bien en votos. No acierto a comprender ese afán desmesurado que empuja a los políticos a apoderarse de las Cajas de Ahorro. Ser presidente de una Caja supongo que añadirá a la presidencia el poder de mando. El presidente es el que manda. ¿Por qué los políticos tienen que meter las narices en las presidencias de las Cajas de Ahorro? No veo la relación causa-efecto de la política y el dinero. De la política como ciencia Maquiavelo expuso su doctrina. De la política como moral (buenas costumbres) escribió Leibniz. Y Trasímaco: es justo lo que le cuadra al más fuerte. De tener razón Trasímaco, jamás sería injusta una sentencia de un tribunal supremo, ni digno de baldón un hombre malo pero poderoso. Estos son los de la metáfora de la mierda. Chapotean en la corrupción con la fruición pestilente de los cerdos en un charco. Los españoles no.

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