viernes, 19 de febrero de 2010

EXARSE’N KALIMOXO
JUAN GARODRI
(21-2-2009)


Un caos ponzoñoso recorre España. Correas, Ulibarris y Ramones Blancos. Políticos que se enzarzan en debates estúpidos sobre cacerías y corrupción. Funcionarios que cobran comisiones de tipos condenados e indultados. Chanchullos y amiguismos. Corrupción, en suma.
España se ha convertido en un nadadero de patos corruptos, cuellos de cisne, brillantes plumas, pero corruptos. Aguirre y Rajoy se echan la mano al pescuezo. Corrupción. La palabra más pronunciada, la más escrita. El maná de los medios. Se come y se bebe de la corrupción. Los corruptos, por el saqueo a que someten las instituciones; los medios, por el abundante material que la corrupción les pone en bandeja. Franco se la zurraba con la ‘prensa del Movimiento’. Ahora se regurgita el engreimiento con la ‘prensa del cambio’. No sé si se parecen o se diferencian, como en los chistes de Otto y Fritz. Los eructos, así y todo, muestran con frecuencia la hedionda halitosis del esófago.
Resulta fácil ser corrupto. Si te conceden algún cargo, cuanto más alto mejor, saldrá a tu paso la proposición indecente de la corrupción. En este campo cenagoso, los políticos son presa fácil. Los políticos. Servidores de la Patria. Dispuestos a utilizar pañuelo de seda para limpiar el sudor de los desfavorecidos. Y van los desfavorecidos y se lo creen. Los pobres y desgraciados, con su pequeña corrupción, la cagan y al trullo. Los ricos y/o los políticos de alto rango, con sus maletines y sus prevaricaciones, respectivamente, la cagan y se desenvuelven en presunciones de inocencia hasta que los billetes pierden el colorido.
Leo sobre la tormenta política que ha desencadenado el ‘asalto’ a las Cajas de Ahorro y se me caen los palos del sombrajo. Lamentable. Todo el que puede pretende enriquecerse sin dar un palo al agua. Dinero rápido, cuanto más blanqueado más pretencioso. La cal blanca limpia y da esplendor.
No sólo en España. EE.UU se luce con una supuesta estafa relacionada con la reconstrucción de Irak. El rollo patatero del derrocamiento de Sadam enmascaraba el posible mal uso de 125.000 millones de dólares destinados a lo de la reconstrucción, que hay que fastidiarse –con tres jotas.
Dentro de la inaceptabilidad de la corrupción, “exarse’n kalimoxo” es sólo corrupción fonética. La de los infelices atrapados en la papelina, víctimas de la negra araña social. La jerga periférica es más justificable que la hipocresía política.

No hay comentarios: