domingo, 21 de febrero de 2010

DISTORSIÓN
JUAN GARODRI
(11-7-2009)

Se retransmiten las imágenes. Se publican las noticias. Imágenes y noticias pueden deformarse intencionadamente para ensalzar o menoscabar, según.
Los príncipes de Asturias presidieron en Soria, el día 3 de julio, la inauguración de curso de la fundación Duques de Soria (FDS). La entrada del edificio Tirso de Molina, sede de la Fundación, estaba acordonada. Según pude apreciar, había más agentes de seguridad que personal aclamante. Sin embargo, horas después, la imagen que ofrecían los telediarios era la de una multitud que aplaudía enfervorizada. Nada más alejado de la realidad. Las pocas personas allí congregadas contemplábamos con curiosidad a una doña Leticia excesivamente delgada y a un don Felipe apuesto y sonriente. Dentro del círculo acordonado se hallaban los ‘cámaras’ que grababan el evento. Para mi sorpresa, la mayoría o alguno de ellos, no grababa con la cámara al hombro, sino con la cámara a la altura del vientre. De esta forma, aparecían en la imagen las personas situadas en primera fila y algunas manos levantadas de los de la segunda. Un truco fácil para sobredimensionar la realidad. Distorsión.
Valverde del Fresno, preciosa localidad del norte de la provincia de Cáceres (lo visito con frecuencia), ha sido noticia estos días a nivel nacional. En el periódico ‘El Mundo’ se publica lo siguiente: «Macabra memoria histórica. En Valverde del Fresno se aprovecha el dinero del ‘Plan E’ para levantar tumbas del cementerio y arrojarlas a un camino». En Villasbuenas de Gata, sin embargo, se exhuman restos de personas asesinadas, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, para darles un enterramiento digno. En el bar de Nino, tomando unas cañas, el alcalde de Villasbuenas, hombre fornido y bonachón, me enseña un plano rudimentario de situación que señala el lugar donde creen que se encuentran los restos. «Hay que rescatarlos y llevar los restos al cementerio para que tengan la dignidad que merecen».
En Valverde no. En Valverde del Fresno los restos van del cementerio a la cuneta. Todo al puto revés. Me cuesta creerlo, la verdad. ¿Es ésta la realidad? ¿La inconsciencia del Ayuntamiento se ha gastado los 55.000 euros del Plan E en desenterrar a sus muertos y arrojarlos al Valle de las Huertas, «a escondidas y sin conocimiento alguno de las familias»?
A juzgar por las imágenes publicadas, este hecho macabro no es una distorsión de la noticia. ¿O lo es?

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