viernes, 19 de febrero de 2010

TELEFONAZO
JUAN GARODRI
(28-2-2009)


Supongo que el personal, por razones higiénicas, se cepilla los dientes después de las comidas. Y en éstas andaba cuando sonó el teléfono. Esther asomó la cabeza por la puerta del baño, me tendió el inalámbrico y dijo, Juan, el teléfono. Dudé si responder o no porque la respuesta entrañaba cierta dificultad teniendo en cuenta que cualquiera, por mucha habilidad verbal que tenga, habla estropajosamente con la boca llena de pasta dentífrica. Al otro lado de la línea, una muy amable voz femenina preguntó que si era yo el señor de la casa. Ante interpelación semejante, a cualquiera se le infla el ego. Y a pesar de que mi estilo, por decir algo, no incluye entre sus categorías la preponderancia posesiva, algo parecido a un pequeño globo complaciente levitó sobre mi cabeza (señor de la casa, jo, como si uno fuera un millonetis). «Í, oi oó», respondí con la lengua pegada entre los dientes y el Colgate. Advertí un ligero grado de sorpresa en la voz, con acento argentino, me pareció, de mi interlocutora cuando escuchó la respuesta. No obstante, se sobrepuso y me informó, con la velocidad característica de las chicas de publicidad, de que su nombre era Mariola, creí entender, y que me llamaba desde una Compañía de medios audiovisuales para informarme de las grandes ventajas que me proporcionaría, tanto a mí como a mi familia, la contratación de ADSL 20 MB, además del acceso a lo mejor de televisión. A todo esto, mientras la chica cumplía con su tarea informativa, yo me había enjuagado y me encontraba en condiciones de hablar sin que se me torciera la lengua. Le dije que le agradecía su oferta, pero que ya disfrutaba de adsl 6 megas, gracia que me había concedido mi compañía por 1 euro más al mes, por ser cliente antiguo y por mi fidelización. Insistió Mariola con presteza expresiva de 75 revoluciones por minuto, señor don Juan, va a perderse usted las siguientes ofertas para su línea (las especificó), las siguientes ofertas para su ADSL (las enumeró), además del aumento de velocidad, seguridad y antivirus, las siguientes ofertas de paquetes y canales y recargas de móvil (las detalló). Cuando buenamente pude, le dije no, gracias, no me interesan sus ofertas, no veo televisión. ¿Cómo ‘gana’ su tiempo?, dijo. Leo libros, respondí.
Creo que me tomó por idiota.

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