domingo, 22 de noviembre de 2009

LIBERTAD
(18-2-2006)
JUAN GARODRI


Palabra utilizada por el ser humano para lograr un intento sobrehumano: explicar lo inexplicable. Porque a ver quién explica la concordancia entre la determinación individual y la imposición externa. Todos somos libres, pero nadie es libre. Las reglas del juego imponen un conjunto de normas a las que el personal debe atenerse si quiere respirar tranquilo.
Palabra utilizada para aureolar la mística de las frases mágicas. A lo largo de los siglos. Porque no es de ahora, es de siempre. Un follón psicológico, esto de la libertad. El hombre está condenado a ser libre, dijo Sartre, y quizá lo sea. Libre, quiero decir. Pero no es libre. Al menos absolutamente libre. Porque la libertad sartriana más que una propiedad cualitativa es un castigo. Los ángeles soberbios fueron condenados a ser demonios. Con toda su libertad a cuestas. Los delincuentes son condenados a la pena de cárcel. Los pusilánimes son condenados a la indeterminación. A los deportistas cazados con lo del dopaje se les condena a prescindir de su actividad deportiva e incluso se les desposee de sus títulos. En cualquier circunstancia, el hecho de “ser condenado” lleva consigo la idea de castigo. De modo que si el hombre está condenado a ser libre quiere decir que sufre el castigo de la libertad. No sé por qué se dice que es una cualidad eminente la libertad cuando es un castigo. Un individuo puede “ser” libre y, sin embargo, sentirse incapacitado para ejercitar la libertad. Una cosa es que se entienda la libertad como inmunidad de coacción extrínseca (aquí el hombre sería libre por si mismo) y otra que se practique la libertad como un ejercicio finalístico (aquí el hombre estaría obligado por otros a ser libre). Es raro esto, ser libre por otros. Quizá la idea sartriana sea exagerada, pero parece que si el ser humano está condenado a ser libre está, al mismo tiempo, incapacitado para poseer la libertad puesto que lo rodea un conjunto de verdades, valores y leyes que lo oponen normativamente a la libertad: de ahí su condena a ser libre.
Después de haberme puesto más pesado que un collar de melones, me dirijo a ti, lector amigo, y te pregunto: ¿Sabe alguien en qué consiste realmente la libertad? ¿Sabe alguien qué grado de libertad tiene y hasta dónde puede ejercitarla? Porque, según los listos, en nombre de Dios se han cometido (y se cometen) las mayores atrocidades de la Historia. ¿Y en nombre de la libertad? ¿Acaso no se han cometido (y se cometen) atropellos en nombre de la libertad? Jo, tío, qué dulcemente enjuaga la boca una frase mística como la de ‘libertad de conciencia’. Qué tranquilo reposa el legislador cuando en nombre de la libertad de conciencia el personal no se limita a desarrollar sus propias creencias sino a arremeter contra las creencias de otros. Qué finamente aguza el ingenio una frase lúcida como la de ‘libertad de expresión’. La Alianza de Civilizaciones (por más que EEUU le dé su apoyo) salta hecha pedazos que arden en las hogueras encendidas contra los impíos. El PPC expulsa al portavoz de Lloret de Mar por pedir que dimitan Acebes y Zaplana y por afirmar que Rajoy hizo el ridículo al recoger firmas a favor del referéndum sobre el Estatuto. Libertad de expresión. ¿Dónde están los límites? Tal vez uno sea libre para expresar solamente lo permitido. A ver quién es el guapo que se atreve a resolver el conflicto de la libertad con respecto al determinismo universal de la naturaleza física. Nicolai Hartmann mueve este puchero cuando habla de la antinomia de la libertad. Mientras tanto, Florentino Pérez afirma que ha levantado la ilusión del madridismo. Los líderes de los partidos políticos tampoco pierden cuando no ganan las elecciones. Es la libertad democrática.

1 comentario:

victoria dijo...

Acabo de leer el cuento ganador del ConcursoGabriel Miró año 2006, "la Señal de la Mano", y aún tengo húmedos los ojos y el corazón dando brincos de la emooción que me produjo. Además del bello estilo literario, y por la bellísima historia,me ha emocionado por la similitud de su vida con la mia. Todo lo que describe desde el comienzo, paso a paso lo he vivido en mi infancia. Hasta su padre se parece al mio, y su "Barbería"a la mi padre. Tambien está Juanito -mi hermano subido al Taburete con la brocha enjabonando; bueno, bueno, menos la señal de la mano y el milagro final(que para mi lo habría querido para despertar a mi madre), casi casi todo lo demás es mi vida familiar.
Ahora yo también concurso con Cuentos, pero solo me dan premios donde los demás son "aún peores".
Si llego a haber leido el suyo
, ni me hubiera atrevido a enviar mis tres "CUenticos "al de "Gabriel MIró". (Me habría dado cuenta de la categoría de tal Concurso.
¡Como me gustaría charlar más con Ud.!
Ojalá me conteste 'que alegría me darìa!
Gracias, gracias Sr. Garodri
Mi Correo es :vialca39@gmail.com