domingo, 15 de noviembre de 2009

MANDAR O GOBERNAR
(26-11-2005)
JUAN GARODRI



Pero, ¿qué pasa en España, esta España mía, esta España nuestra?. (no creo que Ana Belén vuelva a cantarla). Algo así como los hinchas y forofos del Real Madrid están cansados de la vulgaridad de su equipo, así también los españoles (habrá que decir ‘los ciudadanos’ porque la utilización del sintagma ‘los españoles’ resulta peligrosa y políticamente incorrecta), así también los ciudadanos están cansados, por no decir asqueados, de los políticos. ¡Qué olla de grillos, Jesús! ¿Tan importante es mandar? ¿Tan urgente es la experimentación del placer orgásmico que produce el hecho de mandar? Cada insulto proferido en el Congreso de los Diputados, cada improperio, cada insolencia, cada provocación, cada puyazo, cada cabronada, cada frase ingeniosamente (o burdamente) descalificatoria, cada una de ellas, constituye una paja verbal, eyaculación vengativa incluida, que es coreada ruidosamente con risotadas de escarnio para el enemigo y aplausos obscenos para el actuante. En el fondo, las actuaciones porno acaban por dar asco. Es una especie de constante ‘lo verás pero no lo catarás’, lo cual que acaba aburriendo. De chico, mi tío Eufrasio jugaba conmigo y a veces me enseñaba un melocotón redondo, amarillo, oloroso, maduro. Yo intentaba atraparlo, pero él alzaba la mano y decía: ‘lo verás pero no lo catarás’. Hay que mandar. Todo está permitido. Con tal de mantener el mando (o volver a conseguirlo), la injuria, la calumnia o la mentira son habilitadas como armas arrojadizas de aguzado doble filo para tumbar al enemigo. Y herirlo. De muerte, a ser posible.
Los pretextos utilizados por unos y otros forman parte del guión del espectáculo porno. Imagino que les importa un pito la asignatura de religión, pero mientras unos la rechazan otros la apoyan, presumiendo los primeros de laicidad (no se debe lavar el cerebro de niños y jóvenes con la falsa limpieza de las ideas religiosas, Iglesia y curas al paredón), y arguyendo los segundos que la ‘Educación para la ciudadanía’ es un político comecocos rechazable (influye ideológicamente en el niño) con el que se pretende reconducir el cerebro de esos mismo niños y jóvenes (conspiración masónico-republicana).
Olvidan unos y otros. Qué patinazos bochornosos provocadores de sentadas de culo a causa de la (mala) memoria. ¡Qué vergüenzas al aire, a causa de la mala memoria! Olvidan los políticos que los hijos son de los padres, no del Estado y que, en consecuencia, los padres pueden educar a sus hijos como les salga de la perinola. En la enseñanza pública o en la privada. Pienso que no existe incompatibilidad esencial entre escuela pública-escuela privada, sino entre los políticos que las defienden (no sé por qué ciertos sectores de la derecha, digamos, se apoderan de la escuela privada y dejan para la izquierda la tarea de organizar la pública). De hecho, la privada no debe de ser ‘tan mala’ (al menos fuera de España) porque el actualmente denostado Montilla, ministro de Industria, tiene matriculadas a sus hijas en un centro privado alemán (ergo no le convence ni la escuela pública ni la escuela privada española, digo yo). Estaba con la memoria. Las vergüenzas al aire, decía, son feísimas, vistas así, de pronto, en medio de la calle. En este sentido, Rajoy censura a Zapatero porque gobierna a espaldas del pueblo, a cuenta de la manifestación del 11-N, y olvida que Zapatero recriminó a Aznar de lo mismo, a cuenta de la guerra de Irak.
Todo vale con tal de mandar (conservar el mando unos, obtener el mando otros). Lo de gobernar es otra cosa. Y así está España. Porque se manda a los súbditos (dictadura); se gobierna a los ciudadanos (democracia).

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