viernes, 13 de noviembre de 2009

VERGÜENZA
13-11-2009
JUAN GARODRI

(Este artículo tenía que aparecer publicado en HOY, periódico regional de Extremadura, mañana sábado, día 14 de noviembre. Sin embargo, me comunican telefónicamente de la Redacción de HOY que no van a publicarlo. La dirección del periódico prefiere no tratar este tema en sus páginas. ¿Censura? )


Me encuentro rodeado por el límite de la ridiculez. Me pongo colorado por ser extremeño. Desde que la campaña “El placer está en tus manos” se ha extendido por los medios publicitarios, me da algo así como vergüenza caminar por la acera. Hay quien te mira como si fueras a picha suelta. El CJEx y el IMEx han tirado las bragas y los calzoncillos en los contenedores que, supongo, disponen al efecto en unos talleres de educación afectivo-sexual que se han sacado de la manga extensible, hasta el punto de estar orgullosos de la campaña y considerar necesaria la orientación masturbatoria. Así que lo afirmo. Me siento avergonzado. Somos el hazmerreír de España y quién sabe si del extranjero. Entiéndame, por favor. Mi sonrojo no consiste en el hecho onanístico, sino en que se den cursillos para enseñar la connotación de la paja. Onán ya sabía que el ‘placer estaba en sus manos’ después de beneficiarse a la mujer de su hermano y por eso eyaculaba en el suelo. Esta campaña organizada por el Consejo de la Juventud y el Instituto de la Mujer extremeños es algo tan ridículo, o más, que organizar unos cursillos para enseñar la sonoridad del pedo. El viejo coronel novelado por García Márquez no aprendió de nadie a expeler ventosidades pedregosas y fétidas. Los cuescos le salían retumbones porque el cuerpo eliminaba así sus gases. La realización de pajas violentas y adolescentes (y maduras y, si me apuran, pitopáusicas en el ‘mundo senior’) no necesita de un aprendizaje a base de cursillos organizados por la Junta de Extremadura. Todo el mundo sabe cómo juguetear en los pajares de la libertad. Sexo masculino, sexo femenino. Tanto da. Safo enseñaba a sus discípulas a tocar el arpa y la isla de Lesbos se inundó con sus melodías.
Me avergüenzo pues de que Extremadura promocione la masturbación entre adolescentes, ahora precisamente que el pajilleo ha salido del armario y ya no es causa de condenación eterna. Esta promoción educativa “afectivo-sexual” se considera motivo de chirigota y mojiganga en todas partes y da pie a pensar que los extremeños son así de pánfilos, que hasta para llegar al pajar tienen que recibir instrucción reglada.
Los cráneos privilegiados que dirigen estas campañas innecesarias son tan limitados que quieren hacer creer al personal que el “placer está en sus manos” desde hace un mes.

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