sábado, 7 de noviembre de 2009

EQUILIBRIO
(10-9-2005)
JUAN GARODRI


Caminábamos por la acera con la intención de tomar unas cañas en el Candilejas. Mi amigo, un fino analista de tendencias de opinión y de hechos políticos, que los ve venir de lejos, admirable agudeza visual la suya, siempre la ha tenido, me dijo: No sé si habrás leído los artículos mugrientos que ha publicado el ABC estos días, Qué artículos, le dije, Pues uno de Juan Manuel de Prada y otro de Antonio Burgos, me dijo, No, no los he leído, le dije, pero los leeré, Preferible que no los leas, me dijo, porque los tíos esos no escriben más que majaderías, destilan fascismo derechón como los pinos resina, son pegajosos. Me miró amistosamente, me puso una mano en el hombro (señal inequívoca de autodisculpa para paliar la patada que iba a soltarme en los huevos) y dijo con media sonrisa: como tú, que tiras al monte de orégano, tus artículos sabatinos lanzan puyas de vez en cuando, como el que no quiere la cosa, contra la izquierda intelectual y progresista. Su patada me cabreó de tal manera que permanecí en silencio hasta que llegamos al bar. Hoy pagas tú las consumiciones, le dije, por bocazas y cantamañanas, y vamos a ver si nos enteramos de una puñetera vez: ni soy rojo ni blanco, soy agnóstico político. Con mis torpes letras sabáticas busco el equilibrio, lo consiga o no. Busco abrirle los ojos al gentío, que los tiene cegajosos y se traga lo que le echan. Quizá lo mío consista en una especie de relativismo político, quiero decir que así como el relativismo beocio mantiene que nada hay bueno ni malo y que todo está permitido, sobre todo el ataque a quien no piensa como tú, así también, siguiendo con ese relativismo idiota, nada hay bueno ni malo en política y, por lo tanto, no son buenos o malos ni los rojos ni los blancos. Aunque, en realidad, siguiendo el relativismo empírico de Locke, para los rojos izquierdosos sólo es bueno lo que los rojos dicen, y para los blancos fachas sólo es bueno lo que la derechona dice. Para unos lo que dicen los fachas es execración antiprogresista, para otros lo que dicen los rojos es blasfemia antiliberal. Locke dijo que la virtud y el vicio (‘lo bueno’ y ‘lo malo’, que decimos ahora) son constantemente atribuidos sólo a aquellas acciones tal como en cada sociedad están en reputación o en descrédito. Es el relativismo característico de todos los eudemonistas y utilitaristas, que convierte la moral en una parte de la sociología. Mi amigo no estaba en absoluto de acuerdo con este rollo filisteo y me dijo que soy un teórico de cojones, eso me dijo, aunque amistosamente, eso sí, porque suele ocurrir que los buenos amigos en el fondo son como ‘el hermano enemigo’ de Baudelaire. Llegado a casa me clavé en Internet hasta que di con los artículos citados. «Ser de izquierdas», se titula el de Juan Manuel de Prada, que se cabrea porque la izquierda de este país (española, quiero decir) se atribuye todo cuanto aparece como beneficioso para el personal, en un descubrimiento insólito del Mediterráneo higiénico, doméstico, social y económico. JMP ataca a la izquierda, y se sobrepasa en su ataque, contundente y burlón, resaltando el puritanismo de que hace gala la izquierda, hasta el punto de llamar a Zapatero ‘tartufo’ y atribuirle esta frase idiota: “Disuadir del consumo del alcohol y del tabaco es de izquierdas”. Antonio Burgos titula su artículo «Mi no a la guerra (civil)». Arremete el andaluz contra algunos representantes de la denominada gente guapa, aquellos de la pegatina y la pancarta, porque ya andan sacando provecho de su ‘no a la guerra’ (de Irak).
Epílogo y coloquio. Las opiniones majaderas aparecen cuando hay campo abonado para el tarararí del revanchismo. Fin.

No hay comentarios: