domingo, 22 de noviembre de 2009

EL FUMETEO
(4-2-2006)
JUAN GARODRI


Es tremendo. ¡Qué horror! Los ciudadanos tienen que saberlo (aunque muchos ya lo saben): Zapatero fuma. La cosa no debe mantenerse en secreto porque por muy fea que sea la acción de fumar e indigna de la corrección cívica que debe mostrar un Presidente, eso no puede hacerse. Porque no es un presidente de una asociación de vecinos, pongamos por caso. El que fume un presidente de una asociación de vecinos puede pasar desapercibido para el resto del gentío. Pero oye, tú, que fume el Presidente del Gobierno no es de recibo. Un Presidente de Gobierno no sólo ha de ser buen presidente: es que además tiene que parecerlo. Y es indudable que, si fuma, un presidente de Gobierno no es buen presidente. El presidente de una asociación de vecinos, Juan, por ejemplo, el de la serie televisiva “Aquí no hay quien viva”, ese, pues va el tío y fuma (que creo que no fuma) y es que resulta fatal. Porque si quiere organizar adecuadamente la marcha de la comunidad lo primero que tiene que hacer es no fumar. Bueno, es que hasta las tres cacatúas de edad provecta que de vez en cuando claman por sus fueros le echarían en cara lo del fumeteo. Pues imagínate cómo pondrían al presidente del Gobierno si van y se enteran de que fuma. No me extraña que Zapatero padezca de vez en cuando una gastroenteritis vírica, de esas que hacen carril y verea de la salita al baño. Y es que el tabaco es malísimo. No sólo afecta de cáncer de pulmón a miles de españoles (ciudadanos, quiero decir): también a otros tantos les hace fosfatina el estómago, que hasta les quita las ganas de comer y todo, y les deja una cara escurrida y ojerosa que da pena verlos. Ahora me explico por qué Zapatero está así de delgado, que entre las gastroenteritis y la nicotina va convirtiéndose el pobre en un sucedáneo de don Cubillo. Y todo por fumar, señor. Pues que se prepare. Porque los del PP están disponiendo en el Congreso un ataque en toda regla para que Zapatero deje de fumar. Y es que, como los del PP no fuman, desean con toda su alma la regeneración saludable de Zapatero y el sometimiento de sus gastroenteritis. Hay además que tener en cuenta la Ley Antitabaco, tan salutífera y bien proporcionada al bienestar general. Y hombre, hay que cumplirla y nadie puede saltársela así, a la torera, por muy presidente del Gobierno que sea. Así que ojo con los del PP, que la vicepresidenta segunda de la Comisión de Sanidad del Congreso, la señora María Dolores Pan, ya ha dicho que va a lanzar mociones y cuestiones por escrito para ver qué es eso de fumar en la Moncloa. Que más pan y menos nicotina. Que la ley está para que la cumplan todos, del rey abajo, como en la comedia de Lope. Que nada de fumar unos sí y otros no, de eso ni hablar. Que aquí o nos calentamos todos o se le pega una patada al brasero. Que, naturalmente, la Moncloa no deja de ser un sitio de trabajo, por lo que está prohibido fumar como en todo sitio de trabajo que se precie. (A no ser que en la Moncloa no se trabaje). Gravísimo inconveniente éste de fumar en la Moncloa. Tanto, que todos los fumadores funcionarios de la Administración General del Estado (Ministros, Secretarios, Subsecretarios, Directores Generales y más) con trabajo en la Moncloa tendrán que salir a fumar a la calle, lo cual que acarreará un considerable conflicto de orden público.
Y digo yo que se olvida lo esencial mientras se habla del Estatuto por un lado, de los conflictos futboleros por otro y de la guerra de las caricaturas por el de más allá cuando se mezcla el tabaco y la cosa del fumeteo en la Moncloa: se olvida que suben los impuestos, el gas, la electricidad, los transportes, la alimentación y los libros. Esto sí me importa. Que fume o deje de fumar Zapatero, no.

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