sábado, 14 de noviembre de 2009

GESTOS Y GESTÍCULOS
(29-10-2005)
JUAN GARODRI


No sé si usted, lector conspicuo, habrá oído hablar alguna vez del Estatut. Yo también. Y es tal el cansancio mental, auditivo y ocular que ocasiona el sonsonete (según que el ámbito en que se produce sea televisivo, radiofónico o periodístico), que el acto repelente de pasar página acaba convirtiéndose en hábito impugnante y contestatario. Es un gesto casi reflejo, carente de mala intención o de rechazo deliberado. Lo realiza uno sin darse cuenta, tal como se lanza el manotazo inconsciente a la mosca cojonera que revolotea alrededor de los alimentos cuando comes en el campo. Los gestos.
Cotidianamente se aprecian por doquier actos relevantes (e incluso irrelevantes) que constituyen la metáfora natural de gestos previos, cargados de significación y contenido. Tan cargados, que los porteadores apenas pueden soportar la magnitud de su peso y clavan las rodillas en el suelo abrumados por la carga onerosa (o gloriosa, no sé). El manifa, por ejemplo, es un porteador de gestos, un individuo/a que con su acto visible y manifestante se autoconsidera portador de valores, si no eternos, al menos prolongados en el tiempo, con posibilidad de perdurar hasta la próxima legislatura. El alzamiento de la pancarta no es que constituya un alzamiento nacional, pero casi. Porque el gesto en el que se encarna toda manifestación proclama la reivindicación o la protesta a las que han dado lugar, a su vez, otros gestos previos de sus contrarios. Y peores (los gestos de los contrarios siempre son peores).
Quizá en este sentido, exigente y protestón, el líder de ERC, Carod-Rovira, ha pedido al presidente Rodríguez Zapatero un “gesto taxativo” de respeto al texto del proyecto de Estatuto aprobado por el Parlamento de Cataluña. No estoy muy acostumbrado al comentario de texto político, razón por la que me cuesta esfuerzo interpretar el ‘gesto taxativo’ que pide Carod-Rovira. Porque un gesto taxativo no es un gesto cualquiera, un gesto taxativo supone un esfuerzo supremo por parte de quien tiene que hacerlo.
Dentro de los gestos actitudinales se encuentran las muecas. Una mueca no es una acción. Una mueca es un gesto que señala una actitud interna. De rechazo, de risa, de asco, de guasa. ¿Dentro de qué categoría se encuentra el ‘gesto taxativo`? Desde el punto de vista jurídico (dice el diccionario), ‘taxativo’ es un cualificador que limita, circunscribe y reduce un caso a determinadas circunstancias. O sea que el gesto exigido a Zapatero tiene que reducir las pegas que se ponen a la aprobación del Estatuto. Desde el punto de vista léxico, ‘taxativo’ es la cualidad de un gesto que no admite discusión. Porque los gestos, sobretodo si son taxativos, reproducen una situación anímica que no sería perceptible con un gesto cualquiera, por ejemplo con un gesto sin gesto.
No sé si estas interpretaciones (o parecidas) bailarían la jota extremeña del desacuerdo en las neuronas de Rodríguez Ibarra para llegar al extremo de quedarse solo ante el peligro, Gary Cooper de la política nacional. Su gesto fue un gesto de indocilidad sorprendente. “Ibarra se queda solo en el PSOE en la crítica a Zapatero y su idea de España”, leo por ahí. He dicho en otras ocasiones que Ibarra los tiene bien puestos. Y el gesto de oponerse prácticamente a toda la ejecutiva del PSOE a la hora de aclarar el concepto de ‘nación’ y el modelo de articulación territorial de España, demuestra una de estas dos cosas: o que tiene las ideas muy claras o que es de piñón fijo. Con cualquiera de las dos hay que tener muy recortada la barba para lanzar ese gesto indócil que, no cabe duda, le pegó una patada en los «gestículos» a los otros miembros de la ejecutiva.

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