viernes, 4 de junio de 2010

ICONOLOGÍA CUTRE
JUAN GARODRI
(26-5-2010)

Dejando a un lado el debate que pretende diferenciar la iconología de la iconografía, me inclino por la iconología, aunque no sea más que por acercarme a Cesare Ripa, aquel autor de una «Iconología» que representa las virtudes y los vicios que aparecían en Roma a finales del siglo XVI personificados por una figura femenina, más bien alegórica, como alegorías del arte, de la belleza, de la poesía, y hasta una alegoría del furor poético. Era una iconología de belleza no solo descriptiva sino también conceptual, porque enaltecía la idea de belleza, arte, poesía, y estimulaba las emociones-sensaciones estéticas de los lectores provocadas por tales ideas.
La iconología actual carece de belleza. Se distribuye en unos arquetipos (no me atrevo a llamarlos alegorías) que estimulan la ordinariez más rechazable. Tal vez el gentío necesite iconos para verse representado en ellos. Pero a no serle posible alcanzarlos por su propia mano, se aferra desesperadamente a los que le proporcionan los recursos mediáticos. Los programas basura televisivos, esos ‘reality’ deleznables en los que se debate a grito pelado con quién se acostó la culifina de turno, y cuántas veces, por muy de alta cuna o de baja cama que sea, constituyen páginas de una iconología cutre y deplorable. Cierto que baten marcas de audiencia. Pero no por eso se despegan de los barrizales. Los iconos devorados por el personal, dentro de su inconsistencia, representan la íntima inconsistencia del gentío, su vacío vital y desesperado. En un símbolo como Belén Esteban (con perdón) ve reproducidas sus ansias de ascensión a lo más alto. Alguien de abajo también puede llegar arriba. Alguien que cobra mil euros mensuales, o menos, puede llegar a cobrar treinta y cuatro mil. La ‘operación Campanario’, aviva la compasión y la venganza. Pobrecilla, dicen unos, va a ir la cárcel. Que le den, dicen otros, por haberse apropiado de Jesulín sin ser suyo. El vacío existencial del gentío se ve colmado pues por el oleaje de la iconología cutre.
La prensa rosa despliega los anhelos de cientos de lectoras (y lectores), desprovistas de defensas interiores. Tragan sin toser los (des)amores, cameos, y sobeos de famosillos y famosuchos. Con los emparejamientos y separaciones se disfruta más que un cerdo en un charco (el cerdo desconoce la fetidez de su acción). Los yates y las mansiones suntuosas constituyen el icono deseable. Iconología cutre.

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