jueves, 11 de marzo de 2010

EDUCACIÓN, OTRA VEZ
JUAN GARODRI
(10-3-2010)

Espero no repetirme. Que uno no es un Cela ni un Umbral para que el gentío disculpe la reiteración opinante. Es el caso que he leído un comunicado de EuropaPress: «Más del 75 por ciento del profesorado tiene una visión “negativa” de la situación actual de la educación en la Comunidad de Madrid y considera que ha empeorado en los últimos años, según se desprende del II Educobarómetro, elaborado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo de la Fundación SM para Escuelas Católicas de Madrid». Y aquí hemos topado con la Iglesia, amigo Sancho. El cagaleches de turno, con el que suelo coincidir a veces en el Candilejas, me comenta que no es de extrañar, que siendo católicas las escuelas el profesorado mira con cristales de aumento las deficiencias del sistema educativo y que, además, esa visión negativa docente se da en la comunidad de Madrid, que ya se sabe cómo es, y que no puede extrapolarse a otras comunidades españolas. Pues no sé qué decirte, le digo, pero tu opinión no me vale porque la asientas en un hecho discriminatorio, ¿discriminatorio? ¿yo?, me responde, yo que soy más partidario de la libertad que los diputados de las Cortes de Cádiz, sí, le digo, porque el hecho de que sean escuelas católicas no significa que carezcan necesariamente de razón en su enjuiciamiento de la situación actual educativa. Por otra parte, continúo, todos lo comprobamos a diario también en la escuela pública.
Lo cierto es que el cacareado Pacto por la Educación, presentado por las autoridades educativas a finales de enero, se ha quedado emparedado entre el antes y el después, y las carencias siguen ahí, como los gusanos dentro de una pera.
Ahora andan correteando por los centros docentes informes y páginas para mostrar «La visión funcional de las competencias básicas». Y se vuelve a caer en el psicologismo exagerado de la Logse cuando insistía en las ‘fuentes del currículo’: epistemológica, sociológica, psicológica y pedagógica. Se olvida pronto la epistemológica (qué enseñar), y se da de lado a la pedagógica. Se insiste en la sociológica (integración de los alumnos en su entorno social de forma crítica y libre) —juá, juá, juá— , y se entroniza la psicológica (procesos cognitivos y tipos de pensamiento en la realización de tareas y actividades).
Lo malo es que con los procesos cognitivos no se encuentra trabajo.

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