martes, 20 de abril de 2010

EL REY MIDAS
JUAN GARODRI
(14-4-2010)


Hubo una vez un rey al que llamaban Midas. Lo conocen. Aquel que convertía en oro todo lo que tocaba para convertirse en el hombre más rico del mundo. Así que me limitaré a efectuar un calco semántico para adecuarlo a la realidad actual.
Hubo una vez un presidente de un club de fútbol que quería convertir en galáctico todo cuanto tocaba. Para convertirse en el presidente más famoso del mundo. Repasó la lista de jugadores. El mejor goleador de la copa mundial de fútbol. El mejor jugador mundial de la FIFA. El mejor jugador del año de la UEFA. El mejor Balón de oro del año. El mejor Bota de Oro del quinquenio. El mejor portero del año según la IFFHS. (Bueno, a éste ya lo tenía en propiedad). El mejor entrenador del año según la prensa deportiva. En fin, encore le mieux.
Midas soñaba en convertirse en el rey del mundo con la posesión indiscriminada de tantísimo oro. El susto fue mayúsculo cuando fue a comer un pollo asado y no pudo hacerlo. El pollo se había convertido en oro. Cuando fue a beber, no solo la copa, el agua también se había convertido en oro. Lloró de espanto, y las lágrimas se convirtieron en oro. De nada le valía la lectura de los consejos de Hipócrates en su “Corpus hipocraticum”. «Post prandium dormire, post coenam mille pasuum ire». Nada. Ni dormir ni pasear.
De nada le valían al presidente los jugadores galácticos. Unos se lesionaban. Otros se deprimían. Otros eran demasiado individualistas. Otros poco peleones y archipagados de sí mismos. En fin, no consiguieron levantar un trofeo durante más de un lustro. El presidente lloró de espanto y decidió invertir mucho más dinero en cracks.
Midas se arrepintió de su pretensión ambiciosa, se bañó en el río (se purificó) y volvió a convertirse en un hombre normal, tan normal que se fue a vivir a una casita en el campo, sin tener en cuenta la riqueza ni el poder.
El presidente no escarmienta y paga cifras desproporcionadas a sus jugadores, sin tener en cuenta la gran deuda que los clubes mantienen con los futbolistas. Según Gil Torres, vocal de la AFE, sólo el 20% de los futbolistas cobran al día. Muchos de ellos carecen de lo más necesario. Escándalo comparativo. Como se trata de fútbol, pues nada, cosas sin importancia.

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